MUNDIAL 94

Samba holandesa contra la trinchera brasileña

Brasil, el equipo menos goleado, se enfrenta a Holanda, el más ofensivo

Dallas vuelve a desatar pasiones. La ciudad tejana se maquilla de naranja y amarillo para ofrecer un espectacular choque de culturas: Holanda-Brasil. El barcelonismo espera con ansiedad: ¿cuántas veces le romperá Romario a Koeman la cintura? Se supone que cada seleccionador aterrizó en Estados Unidos con los deberes aprendidos y una carpeta llena de información sobre los rivales. Ahora, el reto es ajustar el juego a la pizarra y parece que el brasileño Carlos Alberto Parreira es de los que mejor han cumplido esta tarea.El partido ha si do etiquetado como una final anticipada. En el rinc...

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Dallas vuelve a desatar pasiones. La ciudad tejana se maquilla de naranja y amarillo para ofrecer un espectacular choque de culturas: Holanda-Brasil. El barcelonismo espera con ansiedad: ¿cuántas veces le romperá Romario a Koeman la cintura? Se supone que cada seleccionador aterrizó en Estados Unidos con los deberes aprendidos y una carpeta llena de información sobre los rivales. Ahora, el reto es ajustar el juego a la pizarra y parece que el brasileño Carlos Alberto Parreira es de los que mejor han cumplido esta tarea.El partido ha si do etiquetado como una final anticipada. En el rincón amarillo se calienta una selección brasileña que se ha ganado adeptos por la constancia de su juego y las fantasías de Romario. No ha sido especialmente goleador, pero su portero Taffarel sólo ha sido batido en una ocasión, por el sueco Andersson. Brasil es el equipo menos goleado. Muchos brasileños le reprochan que su juego no sea paulista o carioca, sino un compendio de las sospechosas virtudes aprendidas en Europa. La crítica imparcial contempla la selección brasileña con el aliento cortado de un niño que ve quemarse la mecha de un cohete y que espera la explosión.

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Las preocupaciones tácticas se centran en las bandas. Gran parte de las ofensivas brasileñas han nacido del derroche de los laterales Jorginho, Mazinho, Cafú o Leonardo. Holanda es el primer rival que le complica la pizarra con extremos rápidos como Overmars y Roy. No es ningún secreto que los laterales brasileños están incómodos en las trincheras si están obligados a defenderse. Sancionado Leonardo, Branco, con 30 años, es el único lateral zurdo que le queda a Brasil. No obstante, algo ha cambiado en Brasil. La destrucción de Mauro Silva y Dunga ha merecido más elogios que la fantasía de Raí y Zinho, algo impensable en la filosofía amarilla.

El seleccionador holandés, Dirk Advocaat, se confiesa satisfecho por la supervivencia de siete europeos entre los ocho cuartofinalistas, pero lamenta la mala fortuna de emparejarse con Brasil. "Será un partido interesante", comenta, "a causa del conflicto de estilos. El nuestro se basa en el movimiento de los jugadores y el brasileño en las habilidades individuales". Holanda está catalogado como el Brasil europeo.

Cuando un reportero local preguntó a Advocaat si le afectaba la presión, el seleccionador holandés contestó: "Tanta que he ganado cinco kilos".

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