ETA intenta asesinar a un policía en Basauri o colocando una bomba bajo el asiento de su coche

ETA intentó cometer ayer un nuevo asesinato en el País Vasco colocando una bomba con más de medio kilo de amerital en el coche de un miembro del Cuerpo Nacional de Policía. Un defecto en el ensamblaje del artefacto salvó al agente Francisco Javier Ferreira Castro. El mecanismo de iniciación de la bomba se activó cuando Ferreira iba a aparcar, cerca de las dos de la tarde, en el cuartel de la localidad vizcaína de Basauri, donde está destinado, tras haber recorrido casi 20 kilómetros sentado encima de la bomba. Pero la carga quedó intacta. El policía sólo sufre heridas leves.

El vehículo...

ETA intentó cometer ayer un nuevo asesinato en el País Vasco colocando una bomba con más de medio kilo de amerital en el coche de un miembro del Cuerpo Nacional de Policía. Un defecto en el ensamblaje del artefacto salvó al agente Francisco Javier Ferreira Castro. El mecanismo de iniciación de la bomba se activó cuando Ferreira iba a aparcar, cerca de las dos de la tarde, en el cuartel de la localidad vizcaína de Basauri, donde está destinado, tras haber recorrido casi 20 kilómetros sentado encima de la bomba. Pero la carga quedó intacta. El policía sólo sufre heridas leves.

El vehículo del agente, un Citröen GTI blanco, había permanecido aparcado en Santurtzi desde la tarde del sábado hasta las 13.00 de ayer, cuando Javier Ferreira partió camino a su trabajo en el servicio de radiopatrullas en el cuartel de Basauri. La policía sospecha que los terroristas aprovecharon la noche para forzar una puerta trasera del vehículo y colocar bajo el asiento del conductor. una caja de cartón con entre 500 y 800 gramos de amerital.El agente permanecía ingresado a media tarde de ayer en la clínica San Francisco Javier, de Bilbao, con una quemadura leve en el sacro. El padre del policía, Manuel Ferreira Simoens, fue asesinado en agosto de 1979 en un atentado terrorista cuando trabajaba como policía municipal en Portugalete.

Las Fuerzas de Seguridad del Estado y la Ertzaintza (policía vasca) se encuentran en estado de alerta ante la posibilidad de que se produzcan nuevos atentados en Guipúzcoa e incluso un secuestro. A esta posibilidad, ya apuntada por el consejero vasco de Interior, Juan María Atutxa, y por el Gobernador Civil de Guipúzcoa, José María Gurrutxaga, se suma el riesgo derivado de los actos de sabotaje cometidos por jóvenes radicales.

Ataques de radicales

Durante la noche del pasado viernes, grupos de radicales lanzaron artefactos explosivos contra la sucursal de una empresa aseguradora, la estación de Renfe y una oficina de Correos de la localidad guipuzcoana de Ordizia.

Los delincuentes rompieron los cristales de las citadas oficinas y lanzaron a su interior botellas con gasolina encendida que causaron daños de escasa consideración, sin que se produjeran heridos. La Ertzaintza se enfrentó a ellos para disolverlos, en medio de una lluvia de tuercas, piedras. y canicas.

Jarrai, la organización juvenil de la Coordinadora Abertzale Socialista (KAS), había convocado para la tarde de ayer una manifestación y un acto político en San Sebastián, con la participación, entre otros, de su portavoz, Joseba Kamio, detenido la pasada semana y puesto posteriormente en libertad.

Mientras, ETA e Iparretarrak, la banda terrorista que actúa en el País Vasco francés, están al parecer inmersos en un proceso de unificación de sus estrategias, según documentos a los que ha tenido acceso la agencia Vasco Press. Ambas bandas están interesadas en conseguir un acuerdo "a nivel de lucha armada y a nivel antirrepresivo", todo ello dentro de una discusión de carácter político en el que están analizando conceptos como la territorialidad y la forma de dar respuesta a la "opresión de Francia y España". La última reunión de la que se tiene conocimiento se produjo el 21 de marzo de 1993, aunque ha podido haber otras después.