Empresarios e intelectuales festejan la edición de EL PAÍS en México

Las páginas se transmiten en tres horas desde Madrid

A las 23.03 de la noche del miércoles pasado, ocho horas más en Madrid, la rotativa del diario La Prensa de México expulsaba los primeros ejemplares de la edición mexicana de EL PAÍS. Por primera vez en la historia de la comunicación iberoamericana, un diario español cruzaba el charco y, vía satélite, lograba imprimir en México el mismo producto realizado en Madrid. Empresarios, intelectuales y artistas festejaron el comienzo de esta nueva experiencia periodística.

Un fuerte aplauso saludó la salida de los 25.000 ejemplares de la nueva edición de EL PAÍS. Inmediatamente fueron em...

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A las 23.03 de la noche del miércoles pasado, ocho horas más en Madrid, la rotativa del diario La Prensa de México expulsaba los primeros ejemplares de la edición mexicana de EL PAÍS. Por primera vez en la historia de la comunicación iberoamericana, un diario español cruzaba el charco y, vía satélite, lograba imprimir en México el mismo producto realizado en Madrid. Empresarios, intelectuales y artistas festejaron el comienzo de esta nueva experiencia periodística.

Un fuerte aplauso saludó la salida de los 25.000 ejemplares de la nueva edición de EL PAÍS. Inmediatamente fueron embarcados en las furgonetas que estaban ya dispuestas para distribuirlos por la ciudad más populosa del mundo. Como testigos de ello, varias personas: la actriz María Rojo, la intérprete de la película Danzón; el escritor Sealtiel Alatriste y los dos coordinadores de este proyecto, Manuel de Polanco, en el área empresarial y Fernando Orgambides, como responsable periodístico.El PAÍS había llegado a América más rápido que cualquiera de los aviones que la unen con Europa, el mayor de los cuales necesita al menos 11 horas para enlazar Barajas con la capital de este país. En sólo tres horas el satélite había permitido el envío de las filmaciones del día, incluido el suplemento especial sobre el inicio del Mundial 94.

Horas antes, una pequeña redacción en México completaba la segunda parte de esta edición del periódico: un cuaderno -similar a los que emplea EL PAÍS en sus ediciones regionales- sobre la ciudad de México. El ensamblaje fue un éxito y la impresión y la llegada a los puntos de venta, también.

Fiesta popular

Muy cerca de esa rotativa, situada en pleno paseo de la Reforma, empresarios, intelectuales, artistas y periodistas se habían reunido en el salón México, uno de los locales de mayor sabor popular de la ciudad, para festejar la salida del periódico. Una diana, el saludo musical de México, anunciaba la llegada del periódico, mientras la gente dejaba por unos minutos de bailar danzones.Los tres principales candidatos electorales, Ernesto Zedillo (PRI); Cuauhtémoc Cárdenas (PRD); y Diego-Fernández de Cevallos (PAN) enviaron mensajes de ánimo. Fue la única referencia. política de la noche, porque la fiesta no fue de políticos, sino de esa otra gente que hace también posible el eco de este país en el mundo.

Por el Salón México aparecieron Manuel Arango, el empresario de la cadena Aurrerá; Juan Cristóbal Ferrer, director general del grupo publicitario del mismo nombre; Manuel Sabido y Antonio Pérez Vieytez, consejero delegado y subdirector de La Prensa, respectivamente; Joaquín Muñoz Seca, consejero del Banco Internacional; el embajador de España, Juan Pablo de la Iglesia; directores de cine y de teatro, escritores como Carlos Monsivais, Carmen Boullosa, Sealtiel Alatriste, Francisco Ignacio Taibo y Juan Villoro; el cantante español Dany Daniel; viejos republicanos españoles como Leonor Sarmiento y José Puche; y otras muchas personas.

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