Bando clandestino, vía libre hacia el centro

Camiones y furgonetas tuvieron ayer vía libre para acceder al centro de Madrid, pese a que entraba en vigor el bando que limita tanto la circulación de estos vehículos como la carga y descarga. Sólo algunos de los que entraron hacia el centro por el paseo de la Castellana fueron multados por la Policía Municipal (15.000 pesetas). Tras un recorrido por varias de las entradas al perímetro prohibido, la conclusión indica que la desinformación hizo estragos entre los transportistas. Pero algunos de los propios agentes de policía también mostraron que el bando era para ellos un texto desconocido....

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Camiones y furgonetas tuvieron ayer vía libre para acceder al centro de Madrid, pese a que entraba en vigor el bando que limita tanto la circulación de estos vehículos como la carga y descarga. Sólo algunos de los que entraron hacia el centro por el paseo de la Castellana fueron multados por la Policía Municipal (15.000 pesetas). Tras un recorrido por varias de las entradas al perímetro prohibido, la conclusión indica que la desinformación hizo estragos entre los transportistas. Pero algunos de los propios agentes de policía también mostraron que el bando era para ellos un texto desconocido.

11.25. Manuel Becerra. Vehículos de todos los tipos acceden a la plaza por la calle de Alcalá, procedentes de Ventas. Camiones y furgonetas enfilan sin problemas las calles de Francisco Silvela y del Doctor Esquerdo, o continúan por Alcalá, calles todas ellas proscritas por el consistorio. Ni rastro de la Policía Municipal.

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12.00. Puerta de Toledo. A esta hora termina el horario en el que los camiones y furgonetas con más de 5,5 metros de largo y dos de ancho pueden entrar en el centro de la ciudad. Una pareja de agentes está apostada entre el paseo de los Olmos y la calle de Toledo. Pero su misión no es vigilar la entrada de camiones, sino poner orden en la zona ante el apagón generalizado que afecta incluso a los semáforos. Uno de los policías desconoce casi todo acerca del bando promulgado.

-Algo he oído sobre este tema, pero a nosotros no nos han ordenado nada especial, responde el agente, extrañado ante la cuestión.

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Mientras, los camiones se adentran en el centro histórico de la ciudad remontando la calle de Toledo en dirección a la plaza de la Cebada.

12.45. Cuatro Caminos. Atasco absoluto. El caos circulatorio se ve acrecentado por la labor de todo tipo de vehículos de reparto, que se detienen a descargar, algunos en doble fila, como si no existiera el nuevo bando. No hay agentes que controlen el tráfico o la entrada de vehículos pesados.

13.15. Plaza de Castilla. Seis policías municipales sancionan selectivamente a los camiones que bajan por el paseo de la Castellana. Uno de los vehículos obligados a detenerse es un camión Pegaso de respetable tonelaje, matrícula M-8336-H. Su conductor, Angel Arnáiz, dialoga con la autoridad.

-¿Y esto desde cuándo?

-Hoy es el primer día -responde imperturbable el agente que le multa.

El transportista se encoge de hombros, convencido de que la medida "poco resolverá el tráfico", mientras uno de los componentes del retén policial le reprende paternalmente:

-Ya lo sabéis, tenéis que pasar antes de las doce.

Otro camión, matrícula SA15514, tiene más suerte y sólo recibe un aviso.

14.05. Avenida de América. En el cruce con Francisco Silvela, cuatro miembros de la Policía Municipal regulan la circulación, indiferentes a las muchas furgonetas que penetran en la zona prohibida. Frente a ellos, un camión Ebro en doble fila, con matrícula M-7427-FL.

-El Ayuntamiento debería repartir entre los transportistas unas tarjetas de identificación que nos permitieran trabajar sin pegas -arguye el conductor.

Para Víctor Arcas, el transportista, "el problema son los coches particulares".

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