La Alianza Atláintica consigue que Rusia firme a regañadientes la Aslociación para la Paz

La OTAN arrancó ayer M ministro ruso de Exteriores, Andréi Kózirev, una respuesta positiva a la Asociación para la Paz (APP). Pero no consiguió evitar la impresión de que se ha cedido en exceso ante el orgullo herido de Rusia o se ha dado margen a los rusos para que vuelvan a las andadas. El resultado es que la reunión del Consejo de Cooperación del Atlántico Norte (CCON), que reúne a los socios de la OTAN con los antiguos miembros del Pacto de Varsovia, terminó con caras largas, un acuerdo más formal que real y la vaga promesa de Kózirev de una próxima firma del acuerdo.

La larga discu...

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La OTAN arrancó ayer M ministro ruso de Exteriores, Andréi Kózirev, una respuesta positiva a la Asociación para la Paz (APP). Pero no consiguió evitar la impresión de que se ha cedido en exceso ante el orgullo herido de Rusia o se ha dado margen a los rusos para que vuelvan a las andadas. El resultado es que la reunión del Consejo de Cooperación del Atlántico Norte (CCON), que reúne a los socios de la OTAN con los antiguos miembros del Pacto de Varsovia, terminó con caras largas, un acuerdo más formal que real y la vaga promesa de Kózirev de una próxima firma del acuerdo.

La larga discusión del comunicado final, en una reunión bronca y llena de tensión, sembró la preocupación entre los diplomáticos occidentales, que se preguntan si Rusia no está enseñando de nuevo los dientes ante los países que estuvieron antaño bajo su bota.Formalmente, esta monumental asamblea a la que han asistido 41 ministros de Exteriores del hemisferio septentrional termina con un acuerdo entre la antigua potencia amenazante y dominadora que ha sido Rusia y la alianza preventiva creada en sus fronteras. Pero en realidad, todo está por negociar y no hay fechas para la firma, que no será antes del verano, según casi todas las impresiones, por más que todos intenten transmitir la impresión de que las cosas van por el mejor de los caminos. En realidad, el anclaje de Rusia a la seguridad occidental se está convirtiendo en un parto difícil y doloroso cuyo final no está todavía escrito.

Rusia accede a firmar la Asociación para la Paz en igualdad de condiciones que los otros 20 países amigos de la OTAN, pero asegura haber obtenido el reconocimiento en un protocolo anejo de su estatuto especial. Los antiguos satélites se han adherido a la APP como antesala de la pertenencia a la propia OTAN, bajo la que quieren guarecerse precisamente por temor a Moscú. Rusia, en cambio, quiere estar en la APP para no quedar aislada y evitar que se convierta en una pacto antiruso. La OTAN está de acuerdo con este planteamiento, mientras los rusos no lleven tan lejos su ambición como para convertir la APP en un sistema de condominio sobre Europa e imponer así un derecho de veto sobre la ampliación.

La confusión sobre el documento, obtenido por Kózirev y anunciado a bombo y platillo por el presidente Borís Yeltsin en Moscú, es enorme. Según el ministro de Exteriores, no será más que el Programa Individual de Asociación que cada país socio presenta y negocia después de adherirse a la APP, que en el caso de Rusia se negociará de una tacada y se firmará el mismo día y no en dos plazos como están haciendo los otros socios. A la frase de Hurd "ni veto ni sorpresas, transparencia", Kózirev respondió con el eco de que "el programa de asociación con Rusia debe ser sustancial, sin derecho de veto ni reserva de ninguna de las dos partes y también sin sorpresas".

La firma o aprobación de un documento de este tipo el mismo día en que se rubrique la APP puede disgustar seriamente a los otros países asociados, que mencionan Yalta cada vez que Rusia avanza en sus. pretensiones. La negociación final de todos los documentos se producirá simultáneamente y la firma se efectuará el mismo día en Bruselas, con motivo de un viaje teóricamente muy próximo cuya fecha no ha quedado determinada.

Las valoraciones que hicieron los socios atlánticos eran dispares. El alemán Klaus Kinkel, por ejemplo, reconoció que "Moscú deplora que no se hayan aceptado algunas de sus peticiones". El ministro español, Javier Solana, aseguré que la oferta había producido "una buena impresión" a Kózirev y valoró positivamente la actitud de Moscú. Pero dominaba una impresión de desolación general.

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Ampliación de la OTAN

Rusia consiguió en el comunicado que no hubiera mención alguna a la ampliación de la OTAN, como el objetivo final del programa de APP. No pudo evitar que se "tomara nota" como una "contribución a la seguridad y la estabilidad de Europa" de la asociación a la UEO (Unión de Europa Occidental) de varios antiguos satélites de Moscú.

Los ánimos se encresparon también en las menciones a distintos problemas regionales que afectan a Rusia -países bálticos, guerra entre azeríes y armenios, conflicto de Abjasia- y a la exigencia de Moscú, también fracasada, de eliminar toda referencia al tratado sobre armas convencionales en Europa (CFE), que Moscú quiere revisar para poder movilizar vehículos pesados en el Cáucaso. Balanzino atribuyó las dificultades a la ausencia de muchos ministros, Kózirev entre otros, pero no pudo evitar que la segunda jornada de la OTAN en Estambul terminara en un clima calificado por algunos diplomáticos de retorno del clima de guerra fría.

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