Cartas al director

Ataque 'protestante'

Publicaron ustedes en la sección internacional de EL PMS (lunes 23 de mayo de 1994, página 6) un rotundo titular: Un muerto en el ataque protestante contra un acto del Sinn Fein en Dublín. Y yo, que soy protestante, tras leerlo salí corriendo a despedirme de mi familia. Seguramente este acto protestante, pensaba, nos ha enfrentado al resto del mundo civilizado, que ve cómo unos locos terroristas del ejército. protestante destruyen el orden democrático y los derechos de los seres humanos que los rodean.Al ir pasando los días, he visto que no he sido movilizado, que ni siquiera estoy en a...

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Publicaron ustedes en la sección internacional de EL PMS (lunes 23 de mayo de 1994, página 6) un rotundo titular: Un muerto en el ataque protestante contra un acto del Sinn Fein en Dublín. Y yo, que soy protestante, tras leerlo salí corriendo a despedirme de mi familia. Seguramente este acto protestante, pensaba, nos ha enfrentado al resto del mundo civilizado, que ve cómo unos locos terroristas del ejército. protestante destruyen el orden democrático y los derechos de los seres humanos que los rodean.Al ir pasando los días, he visto que no he sido movilizado, que ni siquiera estoy en alarma roja, y que incluso mis amigos protestantes condenan con indignación este terrible acto. Con la tranquilidad de la bonanza tras la tormenta he meditado sobre los hechos descritos. Y me ha venido a la memoria que una de las tres personas que firmaron la declaración de los derechos del hombre fue un protestante francés (Paul Rabont St. Etienne, hugonote y presidente de la Asamblea Nacional Francesa); que los tres fundadores de la Cruz Roja fueron protestantes (Henrie Dounat, Douphur y George Apia), igual que el hombre que abolió la esclavitud en Estados Unidos con el precio de su vida (Abraham Lincoln), así como Martin Luther King y el reciente premio Nobel por la Paz, Desmond Tutu. Y cada vez entiendo menos su titular.

Sólo se me ocurre ante esta contradicción que utilizasen ustedes la misma barbarie denominativa, diciendo (y pido perdón por adelantado): "El ataque católico del IRA" o "El atentado católico de ETA". Supongo que estos términos parecen terribles a sus ojos (igual que a los míos), pero igual de terrible es el que motiva esta carta. Y si no les parecen inadecuados, al menos úsenlos indiscriminadamente de forma que no se apliquen sólo a un banda de esta supuesta guerra religiosa. Confiando en su buen humor y tolerancia, se despide atentamente un recluta protestante-

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