Más sobre la enseñanza de la filosofía

"La muerte de las humanidades amenaza la libertad". Así rezaba la pancarta que ondeaba a las puertas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid, tras el encierro protagonizado por algunos estudiantes ante la paulatina desaparición de la filosofía y otras asignaturas que no representan al progreso tecnológico (que algunos confunden con el futuro). Bien está la defensa de las humanidades, pero para ello hay que preguntarse qué estamos defendiendo; y, en este caso, lo que defendemos es la filosofia institucional y el mal uso que estas instituciones hacen de dichas d...

"La muerte de las humanidades amenaza la libertad". Así rezaba la pancarta que ondeaba a las puertas de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Madrid, tras el encierro protagonizado por algunos estudiantes ante la paulatina desaparición de la filosofía y otras asignaturas que no representan al progreso tecnológico (que algunos confunden con el futuro). Bien está la defensa de las humanidades, pero para ello hay que preguntarse qué estamos defendiendo; y, en este caso, lo que defendemos es la filosofia institucional y el mal uso que estas instituciones hacen de dichas disciplinas. No hay que temer. La filosofía (tampoco confundir con la historia de la filosofía) no desaparecerá nunca. Lo mismo ocurrirá con el estudio e interpretación de nuestro pasado o con las lenguas que son necesarias para ello. Quizás sea el momento de que las maltratadas y mal usadas humanidades deban desvincularse del establishment, pero, a ser posible, de una manera radical. Pensar es algo innato en el hombre, y cuanto mayor sea la represión del pensamiento, con más fuerza resurgirá de sus cenizas.

La rendición, la súplica por la restauración de asignaturas dirigidas hacia un fin opuesto a su propia idiosincrasia, no es la solución. Hagamos que de esto surja una revolución de las humanidades o dejemos que nos marginen en un selecto gueto.-

Estudiante de historia.