Cartas al director

Solar en Aluche sin viales

Érase una vez, hace muchos años, un solar situado a la altura del número 108 de la calle de Los Yébenes, en pleno barrio de Aluche. El Ayuntamiento lo tenía destinado a instalaciones públicas (quizá un polideportivo), pero hete aquí que, por aquellas cosas legales, una sentencia del Tribunal Supremo cambió el destino de este solar al obligar a dicho Ayuntamiento a dar licencia de obra a una inmobiliaria que tenía otros propósitos.Con el paso de algunos años, el solar pasó a ser el número 112 de la susodicha calle y quedó ocupado por 110 familias. No había ningún problema, ninguna oposición por...

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Érase una vez, hace muchos años, un solar situado a la altura del número 108 de la calle de Los Yébenes, en pleno barrio de Aluche. El Ayuntamiento lo tenía destinado a instalaciones públicas (quizá un polideportivo), pero hete aquí que, por aquellas cosas legales, una sentencia del Tribunal Supremo cambió el destino de este solar al obligar a dicho Ayuntamiento a dar licencia de obra a una inmobiliaria que tenía otros propósitos.Con el paso de algunos años, el solar pasó a ser el número 112 de la susodicha calle y quedó ocupado por 110 familias. No había ningún problema, ninguna oposición por parte del vecindario.

Pero ocurrió que como la adjudicación de la licencia de obras le vino impuesta al Ayuntamiento, a éste se le olvidó obligar al constructor a que urbanizase los viales o a pedirle cualquier fianza para acometer las obras, y la parte del solar que debía destinarse al tránsito quedó definitivamente intransitable, a pesar de que era el único acceso para bomberos, ambulancias y demás servicios de urgencia a más de 30 bloques de viviendas.

Y en este cuento todavía nadie ha podido comer perdices, sencillamente porque hasta hoy la única respuesta por parte de la Junta Municipal de Latina es que se asume el error cometido en su día, pero no hay presupuesto para adecentar mínimamente este trozo de solar, que en parte sí terminó siendo un polideportivo: los días de lluvia es una enorme piscina; los días siguientes, un buen barrizal donde practicar trial, y el resto del año, una buena pista de obstáculos en la que hay que salvar, además de los profundos baches, vehículos de todo tipo que persisten en seguir aparcando allí.

Es, sencillamente, la historia interminable de mi calle.-

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