Entrevista:

"No hay guerristas y renovadores, sino estructuras sociales diferentes"

Vicente Albero, ministro de Agricultura, conseguirá este fin de semana un puesto en la ejecutiva de su federación, el Partido de los Socialistas del País Valenciano (PSPV). Desde la tranquilidad que le depara pertenecer a una organización en la que de la integración han hecho una auténtica vocación, se aventura a decir que el PSOE tras los congresos regionales demostrará que conserva "gran capacidad para conectar con los ciudadanos". Ya no hay guerristas ni renovadores en su partido, asegura, sino "como en la sociedad, estructuras sociales diferentes". El ministro afirma que de estos congresos...

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Vicente Albero, ministro de Agricultura, conseguirá este fin de semana un puesto en la ejecutiva de su federación, el Partido de los Socialistas del País Valenciano (PSPV). Desde la tranquilidad que le depara pertenecer a una organización en la que de la integración han hecho una auténtica vocación, se aventura a decir que el PSOE tras los congresos regionales demostrará que conserva "gran capacidad para conectar con los ciudadanos". Ya no hay guerristas ni renovadores en su partido, asegura, sino "como en la sociedad, estructuras sociales diferentes". El ministro afirma que de estos congresos saldrá la renovación de las personas y de las ideas "pero con respeto a la historia, porque pesa mucho, y los saltos en el vacío son peligrosos".Dice que está acostumbrado a lo incierto porque "tanto la agricultura. como la política, dos de las técnica más antiguas de la humanidad, tienen niveles de riesgo importantes".

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Pregunta. ¿Qué espera usted de los congresos regionales de su partido?

Respuesta. Habrá ejecutivas más o menos renovadoras y, sobre todo, pasado el congreso federal se trata de que en los congresos regionales lo destacable sean las propuestas para la sociedad que fueron ya muy importantes en el federal pero que no han llegado a la opinión pública.

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P. Cuando usted habla de renovación interna, ¿quiere decir que el PSOE se ha despojado de la parte leninista en su funcionamiento?

R. La estructura un poco leninista del, partido ya no tiene vigencia. Habrá renovación, pero hay que decir que no se pueden dar saltos en el vacío porque son peligrosos y, además, la historia pesa. Aunque se ha soltado lastre, una parte de la estructura es importante que continúe porque estabiliza a la organización.

P. ¿Usted cree que se conseguirá que ya no se hable más de guerristas y renovadores?

R. Creo que eso no es exacto, ya que lo que hay en el partido son estructuras sociales diferentes que coinciden, además, con las distintas regiones, al igual que pasa con el resto de la sociedad.

P. ¿El Gobierno necesita del partido?

R. Sí, lo necesita para que se relacione de manera diferente con la sociedad. Tiene que hacer de animador de la vida comunitaria y trabajar porque se teja la solidaridad social y humana.

P. Los ciudadanos no se ven muy animados a tener actitudes solidarias cuando se aprecian enriquecimientos indebidos en el entorno del poder.

R. Sí, cualquier síntoma de corrupción desanima absolutamente. Lo cierto es que esas situaciones son ínfimas, pero están contribuyendo a un problema que se da en toda Europa que es el descrédito de los políticos. Cómo se recupera o se gana la prima social de los políticos es una tarea que hay que empezar de inmediato.

P. ¿Está usted de acuerdo en que las peleas de su partido han contribuido a que los ciudadanos vayan perdiéndoles su afecto electoral?

R. Yo creo que el principal problema es la crisis económica y, aunque puedo asegurar que las cosas están mucho mejor, todavía pasará un año hasta que se perciba.

P. Lo que ahora se percibe son situaciones como la de Santana o Gillete.

R. Suzuki y Gillete son el estandarte del final de la crisis. Los ciudadanos al final reconocerán que el PSOE ha sido y es el único partido socialdemócrata que ha gobernado durante la crisis y la ha gestionado sin poner en quiebra la protección social.

P. Con ese discurso ganaron ustedes las elecciones del pasado 6 de junio, pero ahora se va tamizando precisamente con las resoluciones de su congreso que se interpretan como recortes sociales.

R. Se verá que no es cierto, pero desde luego los socialistas tenemos que desprendernos de algunos tópicos. Hay que reorientar el discurso socialista. No podemos ofrecer sólo garantías, sin o hablar claro a la sociedad y decirla que tiene que asumir riesgos.

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