Cartas al director

Correos de Fuenlabrada

En el mes de noviembre de 1993, mi madre política me remitió un giro desde la población de Camas, Sevilla, por importe de 5.000 pesetas. Cuál no fue mi sorpresa cuando fui a la oficina, sucursal número 1 de Fuenlabrada, a cobrar el importe como ciudadano; se me trató groseramente por parte del funcionario en presencia del jefe de la oficina, con dichos que no valen la pena mencionarlos. Después, y ya metidos en el mes de enero de 1994, me han informado de que el funcionario que me trató groseramente anotó en el libro de registro de giros, entre paréntesis, que yo era 'amigo de Cano', como si s...

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En el mes de noviembre de 1993, mi madre política me remitió un giro desde la población de Camas, Sevilla, por importe de 5.000 pesetas. Cuál no fue mi sorpresa cuando fui a la oficina, sucursal número 1 de Fuenlabrada, a cobrar el importe como ciudadano; se me trató groseramente por parte del funcionario en presencia del jefe de la oficina, con dichos que no valen la pena mencionarlos. Después, y ya metidos en el mes de enero de 1994, me han informado de que el funcionario que me trató groseramente anotó en el libro de registro de giros, entre paréntesis, que yo era 'amigo de Cano', como si se tratara de un vulgar delincuente.Para mí, personalmente, estas actitudes en miembros de la Administración dejan mucho que desear. Considero que ningún ciudadano puede quedar fichado y en entredicho en un libro oficial por el simple hecho de ser amigo de un trabajador del servicio postal. Desde luego, esta experiencia es vergonzosa e inadmisible. La democracia empieza a fallar por los abusos de conductas atípicas sin que se les exijan responsabilidades.-

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