La derecha salvadoreña se queda a las puertas de la presidencia en la primera vuelta electoral

ENVIADA ESPECIALArmando Calderón, candidato de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) a la presidencia de El Salvador, se ha quedado con la miel en los labios al no conseguir, como esperaba, la mayoría absoluta en las elecciones celebradas el domingo. Arena ha obtenido, según el recuento provisional, un 49% de los votos. La coalición formada por la antigua guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y los socialdemócratas, con un 26%, se apunta una victoria política al lograr llevar al país a una segunda vuelta electoral.

El recuento de los vo...

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ENVIADA ESPECIALArmando Calderón, candidato de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) a la presidencia de El Salvador, se ha quedado con la miel en los labios al no conseguir, como esperaba, la mayoría absoluta en las elecciones celebradas el domingo. Arena ha obtenido, según el recuento provisional, un 49% de los votos. La coalición formada por la antigua guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y los socialdemócratas, con un 26%, se apunta una victoria política al lograr llevar al país a una segunda vuelta electoral.

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El recuento de los votos se está desarrollando con gran lentitud. En la tarde de ayer, un día después del cierre de los colegios electorales, se había computado sólo un 73% de los votos de la elección presidencial. Según estos datos, el derechista Armando Calderón, de la gubernamental Arena, había conseguido un 49% de los sufragios, seguido por el candidato de la coalición de izquierda Convergencia Democrática-TMLN, Rubén Zamora, con un 26%. Fidel Chávez, candidato democristiano, no llegaba al 16%.Estas cifras van coincidiendo con un recuento rápido realizado por expertos de las Naciones Unidas que, según fuentes próximas a este organismo, otorga a Arena un 48% de los votos, un 23%, a la coalición izquierdista y un 15% a la Democracia Cristiana. La segunda vuelta se celebrará en el plazo de un mes.

Además del presidente, los salvadoreños eligieron el domingo a los diputados de la Asamblea legislativa y a los representantes municipales en unos comicios que se consideran emblemáticos, por ser los primeros que se celebran tras una cruenta guerra civil de 12 años y donde, por primera vez, hay auténtico pluripartidismo.

Por lo que respecta a las legislativas, las cifras son muy provisionales. El escrutinio del 57% de los votos refleja una Asamblea muy repartida: Arena ronda el 45%; el FMLN, que tanto en las legislativas como en las municipales se presenta en solitario, el 23%; Convergencia Democrática, el 5%, y los democristianos el 17%. Es prematuro aventurar la composición final de la Cámara, porque el reparto de los 84 escaños se realiza con una complicada fórmula de representación proporcional.

Hay escasísima información sobre lo que ha sucedido en las 262 municipalidades del país. Sí se sabe que Mario Valiente, candidato de Arena, ha ganado la alcaldía de la capital, San Salvador, su feudo tradicional, frente al legendario comandante del FMLN Schafik Handal. En los departamentos de Chalatenango y Morazán, al este del país, el Frente tendrá alcalde en al menos cuatro localidades emblemáticas para la guerrilla: Arcatao, San José de las Flores, Nueva Trinidad y Perquín.

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Distribución de tierras

Este dato es importante porque en ellas se concentra una buena parte de las tierras que, según los acuerdos de paz firmados en 1992, deben distribuirse entre la población afectada por la guerra, proceso que hasta ahora estaba muy retrasado y en el que los municipios desempeñan un papel decisivo.

La noche electoral no pudo ser más accidentada, después de una jornada en la que llovieron las denuncias de irregularidades en los registros electorales de todo el país. Miles de salvadoreños (algunos expertos sitúan la cifra en un 15% de las personas con derecho a voto) no pudieron depositar las papeletas porque, a pesar de tener el carné electoral, no figuraban en los padrones.

La coalición de izquierda expresó su protesta a lo largo del día, pero su tono se endureció considerablemente cuando hasta el centro de cómputo, instalado en un hotel de la capital, comenzaron a llegar los primeros datos que otorgaban una mayoría absoluta a la Arena.

A las ocho de la tarde, Rubén Zamora denunció que el Tribunal Supremo Electoral no había permitido la entrada de los expertos enviados por los grupos de oposición al centro de cómputo. Las proyecciones de voto de la coalición, añadió, apuntaban a una clara segunda vuelta para los comicios presidenciales.

A medida en que se iban computando las actas que los helicópteros militares traían al hotel desde otros departamentos del país, las cifras de la Arena se fueron desinflando y la coalición izquierdista, más calmada, afirmó que no tolerará una situación similar en la segunda vuelta.

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