Tres inmigrantes ilegales, acusados en el caso del cerrajero de 61 años muerto a patadas
La policía acusa a tres inmigrantes ilegales -dos marroquíes y un francés, según los primeros datos- de la muerte a patadas de Carlos Herrero Velasco cuando paseaba con su esposa por el centro de Madrid en lamadrugada del pasado sábado. El descubrimiento de las joyas robadas fundamenta la acusación policial. Los inmigrantes pertenecían a una banda de tironeros que operaba en la capital. Sin antecedentes, dormían en pensiones clandestinas y carecían de permiso de residencia. La investigación sostiene que sólo dos robaron el bolso a la mujer y golpearon al hombre -un cerrajero de 61 años-, mient...
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La policía acusa a tres inmigrantes ilegales -dos marroquíes y un francés, según los primeros datos- de la muerte a patadas de Carlos Herrero Velasco cuando paseaba con su esposa por el centro de Madrid en lamadrugada del pasado sábado. El descubrimiento de las joyas robadas fundamenta la acusación policial. Los inmigrantes pertenecían a una banda de tironeros que operaba en la capital. Sin antecedentes, dormían en pensiones clandestinas y carecían de permiso de residencia. La investigación sostiene que sólo dos robaron el bolso a la mujer y golpearon al hombre -un cerrajero de 61 años-, mientras que el tercero, reconocido por un policía, vigilaba la calle.
Uno de los inmigrantes implicados, de 19 años y que utiliza el nombre de Amine Bennour y asegura ser francés, fue detenido en la madrugada del domingo después de que robase a una mujer un bolso por el procedimiento del tirón en el distrito de Retiro. Al ser apresado, la policía no sospechó de su supuesta participación en el homicidio. Tras pasar a disposición judicial, ingresó en la cárcel de Valdemoro.La investigación desarrollada por los agentes de la comisaría de Chamberí desveló 24 horas después su relación con los otros dos detenidos: Mounir el Khadraoui, marroquí de 27 años, y su compatriota Brahim Taif, de 19.
La reconstrucción policial sostiene que Mounir y Aime fueron quienes participaron directamente en el robo y posterior homicidio; hecho que coincide con el relato de la esposa de la víctima, quien sólo recordaba a dos agresores. Sin embargo, un testigo mencionó la presencia de un tercer implicado. Su cometido consistía alertar a sus compañeros de la llegada de la policía.
Alhajas y dinero
Tras el homicidio, los acusados huyeron a la carrera. Dejaron atrás, en la calle del Almendro, al moribundo Carlos Herrera -molido a golpes- y a su esposa. Se habían llevado el bolso de la mujer, que contenía 6.000 pesetas y diversas joyas -entre ellas un anillo y una pulsera- En su huida fueron sorprendidos por dos policías. Volvieron a emprender la fuga, pero esta vez perdieron el bolso -no las joyas ni el dinero- y un agente consiguió arrebatar la cazadora a Brahim. Le vio el rostro. Este hecho permitió posteriormente su reconocimiento, según informó la Jefatura Superior de Policía.
Las sospechas se dirigieron entonces a una pensión clandestina, ubicada en el número 4 de la calle de Muñoz Torrero, que la policía consideraba desde tiempo atrás refugio de inmigrantes ilegales.
En la madrugada del domingo Brahim fue apresado junto a otros 13 inmigrantes en dicho lugar. Para entrar, la policía forzó la puerta. Dentro encontraron fotografías en las que se veía a Mounir con la cazadora despojada a Brahim. A esa hora, Amine Bennour caía en el Retiro.
Las pesquisas se centraron en otra pensión, situada en la calle de La Cruz, número 33. Allí fue detenido Mounir, junto a otro inmigrante ilegal. En su poder se halló la pulsera robada a la esposa del fallecido. Las fotografías muestran que era él quien vestía habitualmente la cazadora.
La implicación de Amine se aprecia, según la policía, en tres factores: aparece en las fotografías, comparte habitación con Mounir y entre las joyas que se le incautaron figura un anillo robado.