Montes del horror perdidos en los mapas

La fotografía de unos viejos, tocados con boinas o enfundados en coloristas pañuelos, en medio de la espesura de los bosques de Zepa dio la vuelta al mundo el 12 de mayo de 1993. Sus miradas golpearon la conciencia internacional y apenas 10 días después la ONU decidía crear las zonas de seguridad. Con la marcha del fotógrafo, Zepa volvió a perderse en los mapas de Bosnia oriental, entre cadenas montañosas y sinuosas carreteras.Cerca de 40.000 personas se desparraman desde entonces por el núcleo urbano y por los caseríos de montaña sin que nadie se haya ocupado de ellas. Sólo una patrulla de ...

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La fotografía de unos viejos, tocados con boinas o enfundados en coloristas pañuelos, en medio de la espesura de los bosques de Zepa dio la vuelta al mundo el 12 de mayo de 1993. Sus miradas golpearon la conciencia internacional y apenas 10 días después la ONU decidía crear las zonas de seguridad. Con la marcha del fotógrafo, Zepa volvió a perderse en los mapas de Bosnia oriental, entre cadenas montañosas y sinuosas carreteras.Cerca de 40.000 personas se desparraman desde entonces por el núcleo urbano y por los caseríos de montaña sin que nadie se haya ocupado de ellas. Sólo una patrulla de cascos azules ucranios y un equipo de médicos franceses han compartido, durante algún tiempo, con los vecinos de Zepa sus penurias cotidianas y han asistido a la llegada de refugiados de las comarcas cercanas. Tanto Zepa como Gorazde y Srebrenica han acogido a miles de musulmanes -su número resulta imposible de determinar- que los serbios han expulsado, en una implacable limpieza étnica, de los territorios que controlan militarmente.

Más información

Este enclave de Bosnia oriental ha resistido los embates de los serbios con un reducido contingente de soldados de la Armija, Ejército de mayoría musulmana, sin electricidad y con un pequeño dispensario médico.

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