El 'cerebro' del crímen se ofreció para matar a Portabales

Manuel Lorenzo Vázquez, considerado el cerebro de la matanza de Nigrán, se ofreció para asesinar al arrepentido Ricardo Portabales, pieza clave del juicio de la Operación Nécora contra el narcotráfico en Galicia, según una nota de la Dirección General de la Policía. Fuentes policiales precisaron que Esther Lago -esposa de Laureano Oubiña, uno de los principales implicados en el proceso- denunció que el agente se había ofrecido para realizar ese trabajo.

La Brigada de Régimen Interior de la Policía abrió diligencias para aclarar si Lorenzo "se había ofrecido para ate...

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Manuel Lorenzo Vázquez, considerado el cerebro de la matanza de Nigrán, se ofreció para asesinar al arrepentido Ricardo Portabales, pieza clave del juicio de la Operación Nécora contra el narcotráfico en Galicia, según una nota de la Dirección General de la Policía. Fuentes policiales precisaron que Esther Lago -esposa de Laureano Oubiña, uno de los principales implicados en el proceso- denunció que el agente se había ofrecido para realizar ese trabajo.

La Brigada de Régimen Interior de la Policía abrió diligencias para aclarar si Lorenzo "se había ofrecido para atentar contra la vida de Ricardo Portabales a cambio de una cantidad económica". El comunicado de la policía agrega que el 24 de mayo de 1993, sin que se demostrara "la veracidad de dicha acusación" el juez archivó el asunto.

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El compañero de Lorenzo en el cuádruple crimen, Jesús Vela Martínez, estuvo suspendido tres años "por desempeñar trabajos incompatibles con la actividad policial", ya que fue matón de un chalé de prostitución y una discoteca. En 1991, fue propuesto para su retiro por "incapacidad psicofísica y trastornos de personalidad" y se le retiró la placa y el arma reglamentaria.

La comisaría de Vigo, donde estaban destinados ambos policías, era un nido de corrupción cuando llegó hace cuatro años su actual jefe, Luis García Mañá, quien asestó un duro golpe a los 10 o 12 agentes presuntamente relacionados con la prostitución y los bajos fondos de la ciudad.

García Mañá expedientó a varios funcionarios vinculados al prostíbulo de lujo Telmos, lo que estuvo a punto de costarle la vida. Hace un año le enviaron a su despacho una carta bomba camuflada en una agenda. Nadie reivindicó el atentado. Todos los indicios permiten suponer que quien le mandó el artefacto es alguno de sus 500 subordinados.

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Jesús Vela, padre de cuatro hijos, separado de su esposa, tiene fama de estar bien relacionado con los camellos locales. Hay quien dice que incluso se dedicaba al trapicheo. Tiempo atrás fue acusado de malos tratos por su mujer. En una ocasión, recibió a tiros a los policías que acudieron a su casa para mediar en una de sus habituales trifulcas familiares. Manuel Lorenzo, también pegaba a su esposa, que le acusó de malos tratos.

Fue expedientado por abofetear a un niño en plena calle, lo que le acarreó una condena judicial. Lorenzo era "un mal compañero", que procuraba trabajar lo menos posible, según sus compañeros.

El comisario Luis García Mañá tiene abiertos "un montón de expedientes disciplinarios". Tras llegar a Vigo, procedente de la comisaría madrileña de Buenavista, nombró a un instructor y a un secretario de régimen disciplinario para limpiar el cuerpo. En más de una ocasión ha llamado a la Brigada de Régimen Interior (anticorrupción) de Madrid.

Pero Lorenzo y a Vela, dos funcionarios a los que sus compañeros vinculan con el juego, la droga y la prostitución, seguían ahí. Todos los policías consultados coinciden en que Lorenzo es un hombre "impulsivo, violento y de mal carácter", que se sirvió de Vela para perpetrar la matanza de Nigrán.

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