Los socialistas belgas francófonos deciden seguir en el Gobierno

Los socialistas francóforios decidieron seguir en el Gobierno de coalición que dirige el socialcristiano Jean-Luc Dehaene. La decisión fue adoptada durante una reunión de urgencia de su comité ejecutivo y de todos sus cargos electos celebrada en la noche del viernes al sábado tras las dimisiones en cadena provocadas por el escándalo de corrupción política conocido como el caso Agusta. En las próximas horas, el presidente del partido, Philippe Busquin, nombrará al sustituto del viceprimer ministro, Guy Coerne, que presentó su dimisión para poder defenderse mejor de la acusación de haber favorec...

Los socialistas francóforios decidieron seguir en el Gobierno de coalición que dirige el socialcristiano Jean-Luc Dehaene. La decisión fue adoptada durante una reunión de urgencia de su comité ejecutivo y de todos sus cargos electos celebrada en la noche del viernes al sábado tras las dimisiones en cadena provocadas por el escándalo de corrupción política conocido como el caso Agusta. En las próximas horas, el presidente del partido, Philippe Busquin, nombrará al sustituto del viceprimer ministro, Guy Coerne, que presentó su dimisión para poder defenderse mejor de la acusación de haber favorecido a una marca de helicópteros italiana.

La decisión del Partido Socialista (PS) permitirá el mantenimiento de la coalición de cuatro partidos (los socialcristianos flamencos del CVP, los socialistas flamencos del SP, los socialcristianos francófonos del PSC y los socialistas francófonos del PS), pero las dimisiones en cadena, que también han diezmado el Gobierno regional valón, proporcionan argumentos a los sectores más radicales del socialismo, que desean alejarse de la política de ajuste económico practicada por Dehaene, y a los sectores valones más regionalistas, partidarios de salir del Gobierno.La declaración de Philippe Busquin, leída a la una de la madrugada de ayer, recoge todos los argumentos de los sectores reticentes a seguir en el Gobierno, pero se reafirma en su fidelidad a la coalición gubernamental. "El asunto Agusta ha sido politizado de forma insultante y tratado sin el respeto del procedimiento que asegura, dentro de la serenidad, los derechos de la defensa en un Estado de Derecho", dijo Busquin en alusión a la filtración del informe de la juez Veronique Ancia a los medios de comunicación flamencos.

Para muchos socialistas, la politización del escándalo de la venta de helicópteros, a cargo de la opinión pública flamenca, expresa oscuras voluntades de separación del sistema de seguridad social y posteriormente de secesión de Flandes. Por eso, Busquin aseguró que el PS se halla "comprometido en la defensa de todos los francófonos, herido en su dignidad por las amalgamas escandalosas realizadas por algunos, preocupado por la justicia social y la solidaridad, y resuelto a defender la Seguridad Social hoy en día amenazada".

Otros dirigentes socialistas aseguraron que iban a "exigir claridad y lealtad" a sus socios del Gobierno. El socialista ultrarregionalista Jean-Marie Dehousse explicó que se trataba de un "sí, pero" a seguir en la coalición. "Pediremos garantías y explicaciones sobre la buena fe de nuestros socios", añadió. A la reunión de dirigentes socialistas no asistieron los tres Guy dimisionarios -el ex viceprimer ministro del Gobierno central, Guy Coeme; el ex presidente del Gobierno regional valón, Guy Spitaels, y el ex ministro del Interior de Valonia, Guy Mathot- ni el testigo comprometedor, el también ex viceprimer ministro socialista Philippe Moureaux.

Pésima imagen

Buena parte de la opinión pública flamenca tiene una pésima imagen del socialismo francófono, que ha sido presentado tradicionalmente como un socio indeseable del Gobierno de coalición por su arcaismo de izquierdas y por sus supuestas similitudes con los partidos italianos corrompidos.El escándalo de las comisiones ilegales cobradas por la compra de 46 helicópteros italianos Agusta es la gota que ha venido a colmar el vaso, principalmente al implicar a un viceprimer ministro del Gobierno de todos los belgas, flamencos y valones. Estos argumentos tienen especial repercusión electoral en favor de dos fuerzas ascendentes, la oposición liberal del VLD que dirige Guy Verhoefstadt y la extrema derecha nacionalista y xenófoba del Vlaams Blok.