La contaminación por óxido de nitrógeno rebasó en 1993 los límites

Madrid tiene la boina rosa tan bien encajada que no se la pudo quitar de encima en todo 1993. La medición continuada de la contaminación atmosférica indica que los niveles de óxidos de nitrógeno rebasaron sistemáticamente el límite considerado como peligroso por las ordenanzas municipales (200 microgramos por metro cúbico) e hicieron casi irrespirable el aire de la capital, según denunció ayer la Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat).Según esta organización, la situación se repite desde 1989, año en que se empezó a medir, cada tres minutos, los niveles de contaminación at...

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Madrid tiene la boina rosa tan bien encajada que no se la pudo quitar de encima en todo 1993. La medición continuada de la contaminación atmosférica indica que los niveles de óxidos de nitrógeno rebasaron sistemáticamente el límite considerado como peligroso por las ordenanzas municipales (200 microgramos por metro cúbico) e hicieron casi irrespirable el aire de la capital, según denunció ayer la Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat).Según esta organización, la situación se repite desde 1989, año en que se empezó a medir, cada tres minutos, los niveles de contaminación atmosférica en 24 puntos distintos de la ciudad.

Durante 1993 la situación más grave se dio en tres estaciones de control -glorieta de Quevedo, plaza del Marqués de Vadillo y Puerta de Toledo- en las que el 98% de las mediciones -término conocido como Percentil 98- sobrepasó el límite de los 200 microgramos; es decir, Aedenat dice que en tres amplias zonas de Madrid se respiró aire no apto para el consumo. Pero la situación en el resto de las estaciones no fue muy distinta: todas menos una (Casa de Campo) superaron ampliamente los límites.

Sin embargo, Esperanza Aguirre, concejal de Medio Ambiente, afirmó ayer que el límite de peligro nunca se ha rebasado puesto que "éste no está situado en 200 microgramos, sino que es casi 10 veces mayor". La edil también manifestó que desde, 1989 los óxidos de nitrógeno "no han dejado de disminuir".

"Según una directriz europea, aplicada en España con carácter de Real Decreto", afirmaba el experto ecologista, "los óxidos de nitrógeno, al contrario que los de azufre y las partículas en suspensión (que se analizan a diario y son los que disparan las alertas atmosféricas), se evalúan preventivamente con una periodicidad anual, para poder corregir la situación cuando los niveles amenacen la salud pública".

Olor picante

A jucio de Aedenat, el Ayuntamiento de Madrid ha potenciado el uso del automóvil privado, principal agente emisor de estos agentes contaminantes, con 1a construcción de aparcamientos subterráneos y de cruces a diferente nivel". Esperanza Aguirre considera sin embargo que la solución estriba en la implantación masiva del catalizador y que las emisiones de óxidos de nitrógeno dejarán de ser preocupantes a medida que se renueve el parque automovilístico español.Para Aedenat, los óxidos de nitrógeno, de olor picante, son los causantes (junto con los de azufre) de la lluvia ácida. También son altamente tóxicos e irritantes para las vías respiratorias de los seres vivos. "Además", explica García, "al interaccionar con hidrocarburos inquemados (producidos por una mala combustión en los motores) se forman unos oxidantes fotoquímicos, aún más tóxicos, que dan el característico color rosa a la boina que cubre Madrid".

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