Fiat aplicará su plan de reestructuración pese a los sindicatos

Los principales sindicatos metalúrgicos italianos convocaron ayer dos medias jornadas de huelga general para los próximo martes y miércoles, como respuesta a la decisión de Fiat de aplicar unilateralmente a partir del lunes un duro plan de reestructuración de la empresa, que prevé el paso a la situación de desempleo de unos 15.000 trabajadores, más de 5.000 de ellos con carácter definitivo.

La empresa y los sindicatos estaban negociando desde septiembre, cuando el Consejo de Administración de Fiat anunció la delicada situación que atraviesa el primer grupo automovilístico italiano, un a...

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Los principales sindicatos metalúrgicos italianos convocaron ayer dos medias jornadas de huelga general para los próximo martes y miércoles, como respuesta a la decisión de Fiat de aplicar unilateralmente a partir del lunes un duro plan de reestructuración de la empresa, que prevé el paso a la situación de desempleo de unos 15.000 trabajadores, más de 5.000 de ellos con carácter definitivo.

La empresa y los sindicatos estaban negociando desde septiembre, cuando el Consejo de Administración de Fiat anunció la delicada situación que atraviesa el primer grupo automovilístico italiano, un acuerdo para la aplicación de este plan, y Fiat había fijado días atrás la fecha del 15 de enero como límite a partir del cual no podría seguir retrasando la puesta en marcha de su saneamiento.A las 23.30 horas del pasado viernes, la empresa consideró rotas las negociaciones, hecho que no tiene precedentes en la historia de Fiat. Y mañana lunes, enviará las primeras cartas de cese en el trabajo, que afectarán a 6.300 trabajadores del grupo.

"La negativa a cerrar una negociación, tras meses de discusiones, demuestra que Fiat no tiene intención de modificar su posición en materia de política industrial y de gestión de los problemas de empleo", se lee en el comunicado sindical de convocatoria de la huelga. Portavoces de la empresa insistieron, por su parte, en que no es irresponsable, sino absolutamente inaplazable, la decisión de proceder inmediatamente a los ceses y despidos, y en que la imposibilidad del acuerdo es achacable a la división de los propios sindicatos.

Durante las negociaciones, en las que intervino activamente como mediador el ministro de Trabajo, Gino Giugni, y el propio presidente de]. Gobierno, Carlo Azeglio Ciampi, se lograron progresos en el acuerdo sobre mecanismos de compensación del paro -a los que dotó recientemente de nueva base con un decreto de medidas sociales- y en la aplicación de los llamados contratos de solidaridad, aunque Fiat nunca aceptó la demanda sindical de que se introdujeran reducciones de horario como las practicadas por Volkswagen.

Sin embargo, el principal desacuerdo versa sobre el fu turo de la fábrica de furgonetas Sevel, en Pomigliano, cerca de Nápoles, condenada al cierre definitivo, y al de las instalaciones de Alfa Romeo en Arese, Lombardía, cuya supervivencia no es segura cuando, en 1996, se deje de fa bricar el Alfa 164. Fiat pro mete que las instalaciones no serán cerradas, sino dimensionadas, pero rechaza la propuesta sindical de que garantice la supervivencia de Arese con un proyecto de fabrica ción de un coche eléctrico. El plan de restructuración de Fiat pretende afrontar la grave situación de un grupo que, el pasado mes de septiembre, anunció pérdidas acumuladas durante el primer semestre de este año por 966.000 millones de liras (más de 87.000 millones de pesetas) y, lo que es más grave, un endeudamiento creciente.

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