Tres vigilantes de Jumbo dan una paliza a un cliente

Tres vigilantes de seguridad del supermercado Jumbo propinaron ayer una paliza a un hombre de unos 23 años al que, infundadamente, habían acusado de cometer un robo.Eran las 19.25 cuando un vigilante del supermercado Jumbo (situado en la avenida de Pío XII) abordó a la puerta del local al cliente y le acusó de haber robado. "Yo no, yo no", contestó el cliente. Ante la insistencia del guardia, el muchacho se enfadado y le dio un empujón.

El guardia no se contuvo y le propinó otro aún más fuerte. Entonces se enzarzaron. Inmediatamente, otros dos vigilantes salieron del Jumbo y, sin mediar...

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Tres vigilantes de seguridad del supermercado Jumbo propinaron ayer una paliza a un hombre de unos 23 años al que, infundadamente, habían acusado de cometer un robo.Eran las 19.25 cuando un vigilante del supermercado Jumbo (situado en la avenida de Pío XII) abordó a la puerta del local al cliente y le acusó de haber robado. "Yo no, yo no", contestó el cliente. Ante la insistencia del guardia, el muchacho se enfadado y le dio un empujón.

El guardia no se contuvo y le propinó otro aún más fuerte. Entonces se enzarzaron. Inmediatamente, otros dos vigilantes salieron del Jumbo y, sin mediar palabra, comenzaron a golpearle con sus puños. Con tan poco miramiento que "los golpes sonaban a hueso", según describió a este periódico un testigo. El muchacho, presa de un ataque de histeria y con heridas en el rostro, también agredió como pudo a los vigilantes.

Un grupo de personas se había arremolinado a las puertas del Jumbo. Consternada por la brutalidad con que descargaban sus puños, la gente pidió a los guardias, sin éxito, que dejasen de pegarle. Finalmente, el cliente fue reducido. En presencia de la gente, los guardias le despojaron de la cazadora y el jersey buscando el artículo supuestamente sustraído.

La indignación de los arremolinados se disparó al comprobar que el muchacho no ocultaba nada entre sus ropas. "Vete a comisaría y presenta una denuncia", le aconsejaron entonces algunos clientes.

Un testigo de la reyerta, impecablemente trajeado, reprochó a los agresores: "Son ustedes unos malos profesionales; esto lo va a saber mañana [por hoy] el presidente de su compañía, el señor Mayor Oreja".

Cuando la tensión parecía apaciguada, un responsable del establecimiento, de complexión física robusta, convenció a la víctima (todavía presa de un ataque de nervios) para que entrase con él a un despacho. El muchacho accedió.

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Contradicciones

Un directivo del Jumbo se contradijo ayer claramente al ser inquirido por este periódico para que explicase lo ocurrido.

Los guardias se han limitado únicamente a defenderse de las agresiones; llevaba un paquete debajo del jersey".

"Pero si le han desnudado delante de la gente y no llevaba nada, ¿cómo puede ser eso?"'.

"Es que el paquete ha aparecido al lado de él".

"Al lado, ¿dónde? ¿No decía usted que lo llevaba debajo del jersey?".

Ya acorralado, el directivo, que se identificó por teléfono como jefe de la sección de día del local, zanjó: "Yo lo he visto todo, y sí lo llevaba; se lo hemos encontrado después, en el despacho. De todas formas, hable usted con el gerente". El directivo se comprometió a avisarle para que se pusiera en contacto con El PAÍS. Este periódico esperó infructuosamente su llamada hasta la una de la madrugada.

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