Los escándalos abren brecha en el entorno de Major

La campaña de recuperación de los valores esenciales de la sociedad británica, propugnada por el gobernante Partido Conservador, se está convirtiendo en una caja de Pandora generadora de mil problemas. En los últimos 20 días, el primer ministro, John Major, ha perdido a dos miembros de su Gabinete. Un joven diputado ha tenido que abandonar su cargo, y otro más experimentado se defiende aún de una acusación de homosexualidad vertida por su propia esposa. Horas antes de regresar a Londres desde Bruselas, donde asistió a la cumbre de la OTAN, Major tuvo que repetir ayer que "volver a los valores ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La campaña de recuperación de los valores esenciales de la sociedad británica, propugnada por el gobernante Partido Conservador, se está convirtiendo en una caja de Pandora generadora de mil problemas. En los últimos 20 días, el primer ministro, John Major, ha perdido a dos miembros de su Gabinete. Un joven diputado ha tenido que abandonar su cargo, y otro más experimentado se defiende aún de una acusación de homosexualidad vertida por su propia esposa. Horas antes de regresar a Londres desde Bruselas, donde asistió a la cumbre de la OTAN, Major tuvo que repetir ayer que "volver a los valores primigenios no implica una caza de brujas contra las transgresiones personales".

El líder británico recordó que la ley y el orden, el saneamiento de la economía y la mejora de la educación, "son los valores que el partido tory espera recuperar". Contrariamente a sus deseos, un mensaje pensado para refrescar y revitalizar a la sociedad británica se ha con vertido en una espinosa cruzada moral.Cuando el pasado octubre Major pronunció por vez primera la consigna back to basics (volver a los principios bási cos), no podía imaginar sus consecuencias. Sólo desde el 25 de diciembre, ha perdido a un secretario de Estado de Medio Ambiente, Tim Yeo, padre de dos hijas ilegítimas. La primera la tuvo hace 20 años con una estudiante de Enfermería. Ambos estaban entonces en Cambridge y la pequeña, a la que llamaron Rebeca, fue entrega da en adopción. La otra niña, Claudia María, tiene cinco me ses y es el fruto de una relación adúltera con una concejal del propio Partido Conservador. La caída de Yeo no fue decidida por Major. Al contrario, su silencio ha sido uno de los más comentados en la historia reciente de los conservadores. Alan Duncan, uno de los diputados más jóvenes y prometedores del equipo de Major, ha sido la siguiente baja. De, 36 años y con un brillante pasado en la industria petrolífera, Duncan aprovechó las ventajas de su cargo para adquirir a bajo precio una casa de protección oficial en un barrio de Londres. A este caso se une otro algo más curioso. Su protagonista es David Ashby, un diputado conocido por sus posturas abiertas acerca de los derechos y libertades civiles. Para defenderse de una acusación de homosexualismo vertida por su esposa, Silvana, ha dicho que sus críticos tienen pensamientos torcidos: "Es cierto que compartí el mismo lecho con un amigo en un hotel de Francia, pero fue para ahorrar dinero. He asado innumerables vacaciones con amigos sin que ello deba suponer nada raro".

Todas estas dimisiones pasarían a la historia menos dorada del conservadurismo británico si no fuera por la tragedia que rodea la partida de lord Caithnesis, alto funcionario del Ministerio de Transportes. Su esposa Diana se quitó la vida el pasado sábado en el domicilio familiar, aunque el suicidio no tenga que ver con la campaña.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En