La guerra de los dos poderes

El conflicto de un presidente que ha impulsado la reforma económica radical y, con altibajos, la democratización del país, con unas Cámaras legislativas que, según los datos provisionales, van a estar controladas por la oposición ultranacionalista y comunista puede poner pronto a prueba la Constitución aprobada el domingo con escasa participación.Puede que haya cohabitación, pero la reciente historia hace dudar de ello. En caso de choque abierto, la norma constitucional hace más fácil la disolución de las Cámaras por el presidente que al contrario. La mayor limitación la establece el artículo ...

El conflicto de un presidente que ha impulsado la reforma económica radical y, con altibajos, la democratización del país, con unas Cámaras legislativas que, según los datos provisionales, van a estar controladas por la oposición ultranacionalista y comunista puede poner pronto a prueba la Constitución aprobada el domingo con escasa participación.Puede que haya cohabitación, pero la reciente historia hace dudar de ello. En caso de choque abierto, la norma constitucional hace más fácil la disolución de las Cámaras por el presidente que al contrario. La mayor limitación la establece el artículo 109: la Duma (Cámara baja) no podrá ser disuelta "durante el año posterior a su elección". Pero el presidente, con sólo presentar una moción de confianza a su Gobierno, puede disolver la Cámara si ésta vota en contra. Si la Cámara expresa la desconfianza dos veces consecutivas en tres meses, el presidente puede disolverla en lugar de destituir al Gobierno. El plazo temporal de un año podría eludirlo Yeltsin utilizando un tercer mecanismo, previsto en el artículo 111. En él se establece que si la Duma rechaza por tres veces al candidato a la jefatura del Gobierno presentado por el presidente, éste "disolverá la Duma y convocará nuevos comicios".

Para las Cámaras, destituir al presidente es mucho más dificil. Implica a las dos Cámaras, al Tribunal Supremo y al Constitucional. Se prevén dos motivos: traición al Estado y comisión de "otro delito grave". La acusación debe plantearla la Duma tras votación cualificada de dos tercios de sus componentes, y la destitución la decide el Consejo de la Federación, también por mayoría de dos tercios. El tránsito de una a otra Cámara se hace a través del Tribunal Supremo, que debe confirmar la existencia del delito, y del Constitucional, que debe verificar que se ha seguido escrupulosamente el procedimiento de destitución.

"Discordias sociales"

El Consejo de la Federación cobra especial importancia, dado que es el encargado de designar a los jueces de los tribunales Supremo y Constitucional a propuesta del presidente.

La nueva Constitución otorga también posibilidades de actuación contra un partido como el de Vladímir Zhirinovski, por la defensa que éste hace del racismo y la supremacía étnica de los rusos, pero ahora debería tenerse en cuenta que buena parte de sus dirigentes tendrá inmunidad parlamentaria. El artículo 13 prohíbe taxativamente la creación de asociaciones que, entre otras cosas, persigan "atizar discordias sociales, raciales, étnicas o religiosas". El artículo 29 es también taxativo: "No se admite la propaganda o la agitación que incite al odio o a la hostilidad social, racial, étnica o religiosa. Se prohíbe la propaganda de la supremacía social, racial, étnica, de religión o de lengua".

El recurso al estado de excepción para "defender el régimen constitucional" no está claramete delimitado. El artículo 88 señala que el presidente "implantará". ese régimen y "lo comunicará inmediatamente al Consejo de la Federación y la Duma", y el artículo 102 establece que es competencia de la cámara alta "aprobar" el decreto sobre el estado de excepción.