Un socavón bajo un inmueble obliga a desalojar a cuatro familias en Chamartín

Cuatro familias que viven en el número 22 de la calle de Felipe Campos (colonia de la Cruz del Rayo, Chamartín), tuvieron que pasar la noche de ayer fuera de sus casas. Un socavón de dos metros y medio de profundidad y unos seis de diámetro, justo debajo del edificio que habitan, obligó a su desalojo ayer a las once de la mañana. La oquedad ha sido provocada por el paso del agua desde las tuberías de los pisos al pozo que conduce a las alcantarillas, que ha terminado por dañar los cimientos de la casa, según un informe municipal.

Todos los residentes que han tenido que dejar urgente...

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Cuatro familias que viven en el número 22 de la calle de Felipe Campos (colonia de la Cruz del Rayo, Chamartín), tuvieron que pasar la noche de ayer fuera de sus casas. Un socavón de dos metros y medio de profundidad y unos seis de diámetro, justo debajo del edificio que habitan, obligó a su desalojo ayer a las once de la mañana. La oquedad ha sido provocada por el paso del agua desde las tuberías de los pisos al pozo que conduce a las alcantarillas, que ha terminado por dañar los cimientos de la casa, según un informe municipal.

Todos los residentes que han tenido que dejar urgentemente la finca afectada superan los 70 años. Y al edificio que habitan en la calle de Felipe Campos sólo le quedan dos años para alcanzar esa misma edad. Los vecinos del inmueble durmieron ayer en casas de familiares, y seguirán así hasta que el Ayuntamiento de Madrid considere que los cimientos del edificio siniestrado se encuentran de nuevo en perfectas condiciones, sin humedades.Una reparación de fontanería en la casa de Petra Moreno, de 74 años, que vive con su marido, de 81, en el primer piso del inmueble, hizo que se descubriese la existencia del socavón, por casualidad, hace ya una semana. Para reparar una avería, el fontanero tuvo que entrar en el piso bajo del inmueble, que estaba deshabitado desde hacía un mes. Al levantar una de las baldosas del cuarto de baño del bajo se encontró con una auténtica cueva bajo sus pies, según el relato vecinal.

Aviso a los bomberos

Antes de embarcarse en una costosa reparación por cuenta propia, los vecinos avisaron ayer a los bomberos, para que éstos comprobaran si los cimientos de la casa estaban dañados. La comprobación fue fulminante: los técnicos del Cuerpo de Bomberos ordenaron de inmediato el desalojo de las cuatro casas más afectadas. El edificio tiene en total 12 viviendas.Todas las personas desalojadas ayer intentaban aparentar tranquilidad, pero, ante la incertidumbre sobre cómo se las van a arreglar en los próximos días, comenzaban a expresar sus preocupaciones más inmediatas. "Pues todavía ni hemos podido comer", explicaba ayer Petra a la puerta del edificio, "y tal y como está mi marido, enfermo y todo el día en la cama, no sé cómo nos vamos a arreglar" se lamentaba.

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