Los ingenieros aeronáuticos buscan un 'asesino' en su escuela

Los estudiantes de la Escuela de Ingenieros Técnicos Aeronáuticos de la Universidad Politécnica se han propuesto buscar, como un acto más de su quinta semana cultural, a un misterioso asesino que se oculta entre las aulas. Ayer por la mañana, al entrar en la escuela, los alumnos pudieron ver claramente su rastro: la silueta pintada con tiza de un cuerpo en el camino de tierra que va desde Moncloa a la puerta de entrada. Más tarde, por las paredes de los pasillos aparecieron recortes de periódicos que difundían la noticia de un asesinato.

Muchos se lo creyeron de verdad; otros intuy...

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Los estudiantes de la Escuela de Ingenieros Técnicos Aeronáuticos de la Universidad Politécnica se han propuesto buscar, como un acto más de su quinta semana cultural, a un misterioso asesino que se oculta entre las aulas. Ayer por la mañana, al entrar en la escuela, los alumnos pudieron ver claramente su rastro: la silueta pintada con tiza de un cuerpo en el camino de tierra que va desde Moncloa a la puerta de entrada. Más tarde, por las paredes de los pasillos aparecieron recortes de periódicos que difundían la noticia de un asesinato.

Muchos se lo creyeron de verdad; otros intuyeron qué pasaba: un nuevo juego organizado por la asociación cultural de los futuros ingenieros, que, fieles a una tradición de cinco años, han organizado un auténtico festival detectivesco.

A lo largo de la semana irán apareciendo distintas pistas que los estudiantes deben descifrar para descubrir quién mató a "A. S. C., de 38 años de edad, religioso de la orden de los carmelitas y apasionado bibliógrafo", según reza la noticia inventada.

Los organizadores lo ejecutaron todo el sábado. Dibujaron la silueta en el camino y la rodearon de una banda de plástico que dice "prohibido tocar".

Los organizadores han sido ayudados por José Martín y Luis Pariente, que además de conserjes son bastante bromistas y a todo aquel que les preguntaba ayer por la mañana qué era eso del camino ellos respondían que un muerto. Los conserjes engañaron durante un tiempo incluso a los vigilantes jurados, que a punto estuvieron de avisar a la policía. Pero no pudieron porque los conserjes habían desconectado el teléfono. Por ello los vigilantes creyeron que el asesino estaba dentro del edificio.

El juego del asesino imaginario se enmarca en la quinta semana cultural de esta escuela, que empezó ayer y terminará el próximo viernes.

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