SOLUCCIONES PARA LA RATONERA DEL NOROESTE

Los autobuses inaugurarán a primeros de año el carril reversible de la autovía de La Coruña

El primer tramo del carril reversible que se construye en la N-VI (carretera de La Coruña) se abrirá en los primeros meses de 1994 y supondrá un pequeño pulmón para la autopista más congestionada de las que entran en a capital. Cubre el recorrido entre Aravaca y a plaza del Cardenal Cisneros y será utilizado en ambos sentidos por autobuses y vehículos con tres o más personas. Hasta que se ponga en servicio hasta la Moncloa, esta vía estará, probablemente, reservada para autobuses. Los autocares penetrarán por tres embarques subterráneos y la primera autopista a la carta de España se pondrá gua...

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El primer tramo del carril reversible que se construye en la N-VI (carretera de La Coruña) se abrirá en los primeros meses de 1994 y supondrá un pequeño pulmón para la autopista más congestionada de las que entran en a capital. Cubre el recorrido entre Aravaca y a plaza del Cardenal Cisneros y será utilizado en ambos sentidos por autobuses y vehículos con tres o más personas. Hasta que se ponga en servicio hasta la Moncloa, esta vía estará, probablemente, reservada para autobuses. Los autocares penetrarán por tres embarques subterráneos y la primera autopista a la carta de España se pondrá guapa.

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Con la ampliación de la autovía a ocho carriles y la implantación del carril reversible (sistema bus-VAO, para autobuses y vehículos de alta ocupación) comienza un experimento para prolongar un poco más la vida de esta carretera nacional (N-VI).La autovía de La Coruña es utilizada diariamente por una media de 155.000 vehículos, según los últimos datos disponibles (1992). El 70% son turismos con un solo pasajero. Los autobuses tan sólo suponen un 1% del total, pero transportan al 31 % de los usuarios de la vía.

Las obras de ampliación de la autovía suponen un último esfuerzo por mantener el pulso del acceso más colapsado de la capital, en el que se circula durante las horas punta de la mañana a una velocidad media de 25 kilómetros por hora y que en unos pocos años hubiera llegado al bloqueo total.

En esta primera fase será la Dirección General de Tráfico (DGT) quien tenga la última palabra a la hora de definir el funcionamiento de la vía reversible. Lo más probable es que, mientras se terminan los otros dos tramos (Las Rozas-Aravaca y Cardenal Cisneros-Moncloa), sólo se permita el uso del carril a los autobuses, según fuentes de la DGT.

Desde el ministerio, sin embargo, no se descarta la posibilidad de que el cuarto carril que se instala todas las mañanas en sentido hacia Madrid o en las operaciones de salida y entrada durante las fiestas se meta dentro de la vía reversible.

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Una retención con vistas

A partir de 1995, fecha prevista para la finalización de, las obras, la autovía de La Coruña tendrá un nuevo aspecto. Entre Villalba y Las Rozas habrá tres carriles por sentido, con vías de servicio de dos carriles más.

El tramo de Las Rozas a Puerta de Hierro tendrá, según las zonas, tres o cuatro carriles por sentido, y en su parte central, dos carriles más de uso reversible, separados por barreras de hormigón. El número de carriles es variable para facilitar las incorporaciones a la autovía desde la izquierda. Los conductores que quieran acceder desde cualquier incorporación a la autovía podrán hacerlo directamente sin mirar a la izquierda porque el carril al que ellos entran comenzará en ese mismo punto.

Como contrapartida, cada vez que los automovilistas que conduzcan por la N-VI se aproximen a cualquier acceso tendrán que apretarse un poco porque el número de carriles pasará de cuatro a tres para dejar sitio al carril de incorporación.

Esta reducción puede provocar retenciones en hora punta, pero, según explica Juan Lazcano, subdirector general de Construcción del Ministerio de Obras Públicas, las aglomeraciones son mucho mayores cuando la incorporación es directa, como en la actualidad. Se van a construir tres embarques subterráneos para acceder al carril reversible desde puntos intermedio s de su recorrido en Aravaca, el Plantío y Las Rozas.

A partir de Puerta de Hierro y hasta Moncloa, el carril reversible queda reservado para autobuses. Los coches con más de dos pasajeros deberán salir de esta calzada, por lo que en este punto la carretera aumentará sus tres carriles a cinco durante un trecho para facilitar la operación de incorporación. La carretera vuelve a tener sólo tres carriles al llegar a Moncloa, al perder dos de ellos con los desvíos hacia la M-30 norte y sur.

Con la proximidad a la Moncloa se reduce el espacio disponible para el carril-bus. Será necesario ampliar el túnel de la plaza del Cardenal Cisneros para que quepa en medio de las dos calzadas y meterlo bajo tierra al llegar a la avenida de Séneca. Desde ahí, el carril entrará al intercambiador de transportes de la Moncloa, donde se podrá coger las líneas 6 y 3 del Metro.

La entrada a Madrid desde la carretera de La Coruña es a la vez la más atascada y la que tiene mejores vistas (el monte del Pardo, el valle del Manzanares y la sierra de Guadarrama). El ministerio acaba de adjudicar el proyecto para la ordenación paisajística y mejora medioambiental de la N-VI, que pretende convertirla en una vía parque, y subsanar los daños causados durante la fase de las obras en este entorno.

Entre Las Rozas y Puerta de Hierro se plantarán cuatro hileras de vegetación con espacios abiertos para ver el paisaje, y en el tramo más urbano se mantendrán las aceras laterales de cinco metros con una hilera doble de arbolado.

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