El hombre que sabe callar
Cuando los bomberos sofocaron el fuego, la policía llamó a declarar a Félix, el hombre a quien todos los gitanos señalaban como el más respetado del lugar. Su mujer le dio 6.000 pesetas para gastos imprevistos y él se fue con cinco o seis amigos a comisaría.Fuentes policiales indicaron que lo máximo que consiguieron extraer de los gitanos es que el incendio fue provocado por disputas familiares, pero no reconocieron a los culpables.
Muy poca información salió de la boca de un hombre acostumbrado a las labores de alcalde en su pequeño poblado chabolista. Cuando el cartero aparece en las ...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Cuando los bomberos sofocaron el fuego, la policía llamó a declarar a Félix, el hombre a quien todos los gitanos señalaban como el más respetado del lugar. Su mujer le dio 6.000 pesetas para gastos imprevistos y él se fue con cinco o seis amigos a comisaría.Fuentes policiales indicaron que lo máximo que consiguieron extraer de los gitanos es que el incendio fue provocado por disputas familiares, pero no reconocieron a los culpables.
Muy poca información salió de la boca de un hombre acostumbrado a las labores de alcalde en su pequeño poblado chabolista. Cuando el cartero aparece en las chabolas con sobres donde se lee "calle de Jesús Andrés, chabolas", sabe que si no aparece el destinatario deberá dirigirse a la chabola de este hombre para asegurarse de que la misiva llegará a su dueño.
Todo ese respeto que le otorgan los vecinos del poblado se ve reforzado por la presencia, nada desdeñable, de sus ocho hijos, siempre dispuestos a sacarle de apuros.