Derechos humanos

Leo en la edición del jueves 22 de julio una noticia que hace referencia a la desaparición en aguas del Estrecho de dos súbditos marroquíes que "habían intentado entrar ilegalmente en España". Según la versión oficial, los dos marroquíes cayeron al mar desde el barco en el que regresaban desde Algeciras hasta Tánger. Previamente habrían forcejeado con la policía.Han pasado seis días y en ningún lugar he leído que vaya a iniciarse algún tipo de investigación sobre los hechos, a pesar de las protestas de Marruecos y de las denuncias del resto de marroquíes que viajaban en el barco. Me rebelo ant...

Leo en la edición del jueves 22 de julio una noticia que hace referencia a la desaparición en aguas del Estrecho de dos súbditos marroquíes que "habían intentado entrar ilegalmente en España". Según la versión oficial, los dos marroquíes cayeron al mar desde el barco en el que regresaban desde Algeciras hasta Tánger. Previamente habrían forcejeado con la policía.Han pasado seis días y en ningún lugar he leído que vaya a iniciarse algún tipo de investigación sobre los hechos, a pesar de las protestas de Marruecos y de las denuncias del resto de marroquíes que viajaban en el barco. Me rebelo ante semejante muestra dedes precio a la vida de las personas implicadas en los hechos. Una vida y una muerte dura para estas personas que en ningún lugar son sujetos de derechos humanos. En su tierra, por la miseria estructural y/o la represión política. Aquí y en el resto de países. de la Europa satisfecha, porque se les niega la posibilidad de ejercerlos.

Me rebelo ante la impunidad. de que continúa haciendo gala la policía. El enemigo a batir es ahora el emigrante ilegal, la persona pobre del Tercer Mundo que para huir de una situación insostenible pone su vida en riesgo para intentar llegar a Europa.

Los cuerpos de seguridad del Estado ejercen semejante prepotencia porque la Ley de Extranjería ha conseguido convertir a todas estas personas en sospechosos permanentes, en culpables si no demuestran lo contrario.

Desde la soledad de mi casa, un silencio respetuoso para los desaparecidos y los maltratados. Desde mi trabajo en la enseñanza, el compromiso de trabajar por los valores de solidaridad, de comunicación entre culturas y de espíritu crítico ante la injusticia social.