La tortura del cine Narvaez

Enrique González Macho, el dueño de la cadena de cines Renoir, quiere convertir el viejo edificio del Narváez, en la calle de Narváez, 42, en tres salas de proyección. Lleva acariciando el proyecto dos años, y dos años perdidos de alquiler -20 millones- mientras espera que el Ayuntamiento y la Comunidad se pongan de acuerdo de una vez sobre un problema que ha surgido en el proyecto.Hace más de un año que González Macho presentó el plan de rehabilitación, concretamente el 11 de junio de 1992. El Narváez, construido en 1940 por Luis Gutiérrez Soto, recuperaría el esplendor de su fachada con horn...

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Enrique González Macho, el dueño de la cadena de cines Renoir, quiere convertir el viejo edificio del Narváez, en la calle de Narváez, 42, en tres salas de proyección. Lleva acariciando el proyecto dos años, y dos años perdidos de alquiler -20 millones- mientras espera que el Ayuntamiento y la Comunidad se pongan de acuerdo de una vez sobre un problema que ha surgido en el proyecto.Hace más de un año que González Macho presentó el plan de rehabilitación, concretamente el 11 de junio de 1992. El Narváez, construido en 1940 por Luis Gutiérrez Soto, recuperaría el esplendor de su fachada con hornacinas y estatuas y tendría tres salas para 740 espectadores en una zona en la que la oferta de cine es escasa, según cuenta el promotor.

Luego llegó el laberinto de la Administración: el problema es que una de las salidas de emergencia de las salas tiene que pasar por el recibidor, según demanda Protección Civil del Ayuntamiento, que vela por la seguridad del cine. La Comisión de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, que se preocupa por la protección de los edificios catalogados -y el Narváez lo es- no está de acuerdo con que se toque el recibidor.

Que se quede asi

El conflicto le ha sido comunicado al promotor por un arquitecto de la junta de Retiro, pero nadie se ha molestado en enviarle una carta. Una entrevista con un responsable de Gerencia Municipal de Urbanismo acabó con el siguiente aserto: "Que el cine se quede como está".González Macho, muy enojado, ha enviado una carta a todas las partes que intervienen para que le solucionen el problema de una vez. Amenaza incluso con un recurso contencioso-administrativo. EL PAÍS no ha logrado obtener la versión de las instancias oficiales.

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