Los obreros terminan el Palacio Municipal de Congresos en medio de 10.000 enfermeras

Ocho de la tarde; llega el relevo. Terminadas las ponencias, 10.000 enfermeros de todos los países abandonan el nuevo Palacio de Congresos de Madrid, mientras entran a trabajar las brigadas de obreros. Así hasta ayer, cuando terminó el Congreso Internacional de Enfermería, el primero que se celebra en el flamante edificio del arquitecto Ricardo Bofill. Los organizadores han criticado las carencias que han sufrido. "Incluso hemos tenido que pedir que pararan algunos trabajos ruidosos", comentan. Al palacio le faltan remates, reconoce el Ayuntamiento, "pero no han influido en el congreso".
...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Ocho de la tarde; llega el relevo. Terminadas las ponencias, 10.000 enfermeros de todos los países abandonan el nuevo Palacio de Congresos de Madrid, mientras entran a trabajar las brigadas de obreros. Así hasta ayer, cuando terminó el Congreso Internacional de Enfermería, el primero que se celebra en el flamante edificio del arquitecto Ricardo Bofill. Los organizadores han criticado las carencias que han sufrido. "Incluso hemos tenido que pedir que pararan algunos trabajos ruidosos", comentan. Al palacio le faltan remates, reconoce el Ayuntamiento, "pero no han influido en el congreso".

Más información

Luis Ricardo Rodríguez, secretario general del Consejo General de Enfermería de España, organizador de la reunión que estrenó el Palacio de Congresos, se sentía como "un conejillo de Indias". Sus jornadas de enfermería han sufrido los inconvenientes de ser los primeros inquilinos de un edificio recién acabado y al que aún le faltan los remates.La lista de agravios es amplia: "El teléfono ha estado bloqueado hasta el miércoles, la limpieza ha sido muy deficiente y aún hay polvo de obra, los empleados y las cafeterías han sido insuficientes, había tazas sueltas en los baños, las salas no tenían cortinas para poder proyectar audiovisuales, la capacidad de los auditorios es raquítica, el menú más económico cuesta 1.500 pesetas...". El congreso transcurrió mientras los, obreros remataban zonas del inmueble cerradas al público.

Pablo Población, gerente de la empresa municipal Campo de las Naciones, de la que depende la instalación, asegura que todas las zonas del palacio que contrató la organización han funcionado correctamente. "Hemos cumplido todos los compromisos contraídos. El error ha sido haberles dejado pasar antes de tiempo. El congreso no empezaba hasta el miércoles, y se les permitió empezar el montaje y las reuniones internas el sábado".

El responsable del edificio comentó ayer que todos los servicios complementarios (teléfonos, fax, cafeterías- azafatas, traducción ... ) "se han habilitado a medida que la organización los ha ido contratando". "Los paneles para oscurecer las salas aún no se han montado, pero tampoco la organización avisó de que los fuera a necesitar".

Población declaró que la responsabilidad de muchos de los problemas que ha tenido la reunión son achacables a la organización. "Lo que no nos pueden reprochar es que el aforo fuera pequeño. Desde hace un año sabían cuál iba a ser la capacidad del palacio". Según Luis Ricardo Rodríguez, el edificio municipal es insuficiente para acoger a 10.000 congresistas.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

La organización, además, ha tenido que invertir 40 millones en transporte particular para trasladar a los participantes hasta sus hoteles. El Campo de las Naciones (en Hortaleza, junto a la M-40) sigue sin transporte público regular. "Y para cohno, la grúa ha venido aquí cada tarde", comenta Rodríguez. El palacio tiene aparcamiento, pero, como no estaba contratado por la organización, ha permanecido cerrado. "Tampoco se podía abrir", aseguran los congresistas, "porque está sin terminar".

Archivado En