40 familias acampan frente a 88 pisos vacíos de la Comunidad

Cuarenta familias del barrio de Orcasur, en Usera, llevan tres semanas acampadas delante de un bloque con 88 viviendas vacías, junto al antiguo Rancho del Cordobés. Los pisos, construidos por el Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima), dependiente de la Comunidad, están sin adjudicar desde hace año y medio porque el Ayuntamiento aún no ha instalado la red de saneamiento.Los acampados son familias necesitadas que se ven obligadas a dormir en la parroquia, en furgonetas y en la asociación de vecinos. A 32 de ellos el Ivima les tiene prometido un piso, aunque sin precisar dónde. No pueden paga...

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Cuarenta familias del barrio de Orcasur, en Usera, llevan tres semanas acampadas delante de un bloque con 88 viviendas vacías, junto al antiguo Rancho del Cordobés. Los pisos, construidos por el Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima), dependiente de la Comunidad, están sin adjudicar desde hace año y medio porque el Ayuntamiento aún no ha instalado la red de saneamiento.Los acampados son familias necesitadas que se ven obligadas a dormir en la parroquia, en furgonetas y en la asociación de vecinos. A 32 de ellos el Ivima les tiene prometido un piso, aunque sin precisar dónde. No pueden pagar un alquiler, no tienen donde vivir, y ya han perdido la paciencia. Emilio Perea, de 27 años, su niño y su esposa embarazada viven desde hace cinco años en un furgón. Petra de Jesús, asistenta; su marido, parado, y su hijo han dormido en la parroquia y en locales vecinales. Las historias de hacinamiento y penuria se repiten.

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El Ayuntamiento de Madrid no podía instalar el saneamiento en los pisos hasta derribar los últimos prefabricados del antiguo Rancho del Cordobés. Pero estos sankis cayeron hace un año y los trabajos no han empezado.

Pisos habitados

Y ocurre algo curioso. En el mismo bloque de las 88 viviendas vacías hay 32 pisos habitados. En ellos sí se pudo instalar un sistema de saneamiento provisional. Pero, según los técnicos, no es posible habilitar esta red temporal en las casas que ahora están cerradas.Las viviendas del Ivima han sufrido ya el asalto de ladrones y gamberros, que han roto los cristales y se han llevado numerosos contadores, cocinas y sanitarios.

Según Piedad Martínez, presidenta de la Asociación de Vecinos de Orcasur, "el Ivima aseguró que para mayo de 1992 estarían concedidos los 88 pisos vacíos".

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Pasó ese plazo y todo siguió igual. Esta asociación reivindica que las viviendas vacantes se destinen a familias necesitadas de Orcasur. "A estos edificios han traído ya muchas personas de poblados chabolistas y de otros distritos, sólo pedimos que lo que queda sea para el barrio", apostillan.

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