¿Un problema semántico?

"La palabra cáncer hunde al paciente". Rafael Rosell, del hospital Germans Trias i Pujol, de Barcelona, reconoce que la información que se facilita en España al paciente oncológico no es tan amplia como la transmitida en Estados Unidos. "Aquí también se le informa, pero la palabra cáncer es de una rotundidad que derrumba. En España no se usa, en Estados Unidos si", dice Rosell.Recuerda, por ello, sus titubeos la primera vez que, estando en un hospital norteamericano, se encontró frente a una paciente que sin titubeos le preguntó:"¿Doctor, lo que tengo en los pulmones es cáncer?". "¿Y lo de la ...

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"La palabra cáncer hunde al paciente". Rafael Rosell, del hospital Germans Trias i Pujol, de Barcelona, reconoce que la información que se facilita en España al paciente oncológico no es tan amplia como la transmitida en Estados Unidos. "Aquí también se le informa, pero la palabra cáncer es de una rotundidad que derrumba. En España no se usa, en Estados Unidos si", dice Rosell.Recuerda, por ello, sus titubeos la primera vez que, estando en un hospital norteamericano, se encontró frente a una paciente que sin titubeos le preguntó:"¿Doctor, lo que tengo en los pulmones es cáncer?". "¿Y lo de la cabeza también es cáncer?".

El temor a la palabra reina incluso entre los propios oncólogos, aunque Rosell reconoce que los especialistas españoles no han abordado ese debate interno. "Es un problema semántico. Un debate más político-cultural que oncológico", afirma. Para eludir pronunciar la palabra maldita los especialistas se apoyan cada vez con más frecuencia en el término "tumor", aunque no suelen acompañarle del adjetivo "rnaligno". "Decimos tumor y todos saben lo que es. Poco a poco se impone también la palabra 'neoplasia', que es más elegante", dice Rosell. Sólo un problema: el común de de los pacientes no comprende su significado.

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