2.100 personas en tres minutos

La tienda de Bautista Moreno, Madrid Rock, es capaz de escupir por sus. cuatro puertas -la de entrada y las tres de emergencia- a 2.100 personas en tres minutos. Como la gente que cabe en las tres plantas de la tienda de Gran Vía no debe superar los 1.565 personas, la evacuación puede hacerse en poco más de dos minutos. ¿O no?Puede que no. Los amantes de Chopin o los forofos de la ópera encontrarían rápido la salida de emergencia del primer piso, la que da a una escalera que es del hotel de al lado, el Tryp Gran Vía. Sólo si el primero que llega es un muchachote fornido puede salvar el obstácu...

La tienda de Bautista Moreno, Madrid Rock, es capaz de escupir por sus. cuatro puertas -la de entrada y las tres de emergencia- a 2.100 personas en tres minutos. Como la gente que cabe en las tres plantas de la tienda de Gran Vía no debe superar los 1.565 personas, la evacuación puede hacerse en poco más de dos minutos. ¿O no?Puede que no. Los amantes de Chopin o los forofos de la ópera encontrarían rápido la salida de emergencia del primer piso, la que da a una escalera que es del hotel de al lado, el Tryp Gran Vía. Sólo si el primero que llega es un muchachote fornido puede salvar el obstáculo que había el pasado miércoles a mediodía: una escalera y una bombona de butano al otro lado de la puerta de emergencia, junto a la escalera que baja hacia la calle y que pertenece al hotel.

Tampoco los de gustos rockeros andarían mejor servidos de sustos: la salida de emergencia de la planta baja sigue un camino hacia la calle que el mismo día tenía una par de señales de prohibido aparcar en medio del corredor, dos jaulas de las que se utilizan en los hoteles para la ropa blanca y algunos chismes más. El técnico que proyectó el sistema de evacuación, Miguel Ángel Rubio, se desespera: "Se puede tener un buen sistema y luego que el dueño del local no se ocupe de mantenerlo o que por otros motivos no se pueda evacuar con seguridad". Es el caso de esta tienda, de puertas para adentro, todo funciona. Pero por fuera es otra cosa. El dueño de Madrid Rock ha acudido, incluso, a requerimientos notariales contra el hotel. No ha tenido mucho éxito.