La peseta aguanta otro ataque especulativo sin que el Banco de España intervenga en su defensa

La peseta vuelve a ser víctima de la especulación. En dos días, la moneda española se ha depreciado un 3% y ayer llegó a rebasar su nuevo cambio central de 79,11 pesetas por marco, aunque cerró a 78,72 (casi una peseta más que la víspera). En esta ocasión, sin embargo, el Banco de España ha optado por no intervenir como otras veces. La escasez de reservas de divisas y la práctica imposibilidad de subir los tipos de interés ante la proximidad de las elecciones generales ha dejado al banco emisor sin mecanismos de defensa. El mercado apuesta por una bajada agresiva de] precio oficial del dinero ...

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La peseta vuelve a ser víctima de la especulación. En dos días, la moneda española se ha depreciado un 3% y ayer llegó a rebasar su nuevo cambio central de 79,11 pesetas por marco, aunque cerró a 78,72 (casi una peseta más que la víspera). En esta ocasión, sin embargo, el Banco de España ha optado por no intervenir como otras veces. La escasez de reservas de divisas y la práctica imposibilidad de subir los tipos de interés ante la proximidad de las elecciones generales ha dejado al banco emisor sin mecanismos de defensa. El mercado apuesta por una bajada agresiva de] precio oficial del dinero tras la celebración de los comicios y, en consecuencia, por la probable salida de la peseta del mecanismo de cambios europeo.

A tan sólo catorce días de la tercera devaluación de la peseta, en un 8%, el mercado de divisas vuelve a vivir un intenso nerviosismo acentuado por la proximidad de las elecciones. La posible victoria del PP y su determinación de bajar de forma agresiva los tipos de interés tras las; elecciones ha consolidado la idea de que la peseta tendrá que salirse del mecanismo de cambios europeo - y quedar en flotación. Este convencimiento llegó a arrastrar a la peseta por debajo de su cambio central, hasta las 79,60 pesetas, marcando por unos momentos un nuevo mínimo histórico.La novedad de esta nueva ola especulativa, según coincidieron en señalar los operadores, es que el Banco de España no intervino en ningún momento para frenar esta tendencia. Los especuladores saben que el banco emisor tiene pocas reservas con las que defender a la peseta tras los ataques del mes pasado, al tiempo que desconcertaría al mercado si su apoyo a la divisa implicara una revisión de la bajada de tipos acordada en los últimos días. De hecho ayer volvió a inyectar dinero al 11,59% en su intervención diaria en el interbancario, repitiendo el tipo anterior.

La incertidumbre alcanzó su momento álgido a media mañana cuando se extendieron los rumores de que algún miembro del Bundesbank, banco central alemán, se había mostrado partidario de la salida de la peseta del mecanismo de cambios.

La presión se desinfló después de que un portavoz del Bundesbank desmintiera categóricamente este extremo al tiempo que el PP aseguraba que, de ganar las elecciones, el nuevo Gobierno mantendrá la peseta en el Sistema Monetario Europeo y la bajada de tipos será gradual. La moneda española cerró a 78,728 pesetas por marco frente a las 77,80 de la víspera.

Para algunos analistas la batalla de la peseta está perdida. Aseguran que entre los inversores institucionales, especialmente entre los anglosajones, se está consolidando la tesis de que los países europeos en recesión -como España- reducirán fuertemente los tipos de interés, tal y como lo han hecho EE UU y el Reino Unido.

"Ya va siendo hora de hacer oficial lo que es un hecho desde septiembre de 1992: que la peseta está en flotación y que siempre que el mercado la ha empujado la moneda ha bajado", afirma Jorge Wuhrmann, de Finconsult. Esta "flotación controlada" -la peseta se ha depreciado más de un 26% desde el verano pasado- le ha costado a España dejar al mínimo las reservas de divisas, dice este experto, además de haber impedido una rebaja de los tipos en plena crisis. La libra esterlina y la lira italiana, que abandonaron el SME en septiembre y que han seguido una política monetaria más suave, no han caído más que la peseta.

La moneda británica, que llegó a perder un 21% frente al marco, está depreciada en la actualidad en torno a un 16%. La italiana, más perjudicada por la profunda crisis política del país, bajó hasta un 27% y ahora está devaluada un 22%. "Hemos recorrido el mismo camino pero pagando el precio de la permanencia en el SME", concluye un analista de un banco extranjero.

Cuarta devaluación

El ministro de Economía, Carlos Solchaga, descartó ayer en Madrid una cuarta devaluación de la peseta. Solchaga cree que la moneda española está infravalorada y que la actual situación cambiaria responde "al nerviosismo del mercado ante los resultados electorales". También el director general del Tesoro, Manuel Conthe, defendió en Palma de Mallorca la actual paridad de la peseta y advirtió a los especuladores de que perderán en su actual ataque, informa Javier Ayuso.

El director general del Tesoro defendió las recientes rebajas del precio del dinero y aseguró que no eran desestabilizadoras. Precisamente, las expectativas a la baja de tipos y la posibilidad de que esto ocurra incluso antes de las elecciones -tal y como indicó Sochaga a principios de la semana- provocó ayer una venta masiva de pesetas para comprar deuda en el mercado secundario, explicaron varios operadores de renta fija. La Bolsa subió un 1,25% ante la perspectiva de que se abaraten los tipos.

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