Tribuna:NEGOCIACIONES DE PAZ SOBRE ORIENTE PRÓXIMO

La ultima oportunidad

Después de cinco meses de suspensión de las negociaciones de paz entre árabes e israelíes, están de nuevo en Washington desde el pasado 27 de abril todas las delegaciones árabes, incluida la palestina. La decisión árabe y palestina de reanudar estas negociaciones no ha sido fácil, debido a:- Ocho rondas de negociaciones en Washington desde la celebración de la Conferencia de Madrid, en octubre de 1991, no han logrado ningún resultado. Al contrario, han servido para aumentar la frustración y la desconfianza de árabes y palestinos, debido a la intransigencia iraelí.

- La política y las pr...

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Después de cinco meses de suspensión de las negociaciones de paz entre árabes e israelíes, están de nuevo en Washington desde el pasado 27 de abril todas las delegaciones árabes, incluida la palestina. La decisión árabe y palestina de reanudar estas negociaciones no ha sido fácil, debido a:- Ocho rondas de negociaciones en Washington desde la celebración de la Conferencia de Madrid, en octubre de 1991, no han logrado ningún resultado. Al contrario, han servido para aumentar la frustración y la desconfianza de árabes y palestinos, debido a la intransigencia iraelí.

- La política y las prácticas israelíes en los territorios ocupados en este tiempo, y en particular después de la llegada de Rabin al poder en Israel, tras las elecciones de junio pasado, no han hecho sino aumentar la amargura de los palestinos que recibieron a su delegación al regreso de Madrid con manifestaciones de alegría y ramos de olivo, pero sus esperanzas han sido totalmente defraudadas.

- Los últimos meses del Gobierno de Rabin han estado envueltos en la violencia y la represión de los palestinos. Las violaciones de los derechos humanos en los territorios ocupados han superado, en términos generales, las practicadas por el Gobierno de Shamir. Según la organización israelí de derechos humanos Btselim, las muertes aumentaron un 20% y los heridos un 180% entre los palestinos menores de 16 años. El Gobierno de Rabin ha destruido más de 100 casas de palestinos con tanques y cañones. El número de muertos ha aumentado trágicamente entre palestinos e israelíes, y los territorios ocupados se encuentran cerrados y aislados totalmente desde hace semanas, haciendo la vida imposible para dos millones de seres humanos, sometidos a un castigo colectivo sin precedentes.

- Esto culminó con la deportación de 415 palestinos a tierra de nadie, en el sur ocupado de Líbano. Pese a la unánime condena internacional y a la Resolución 799 del Consejo de Seguridad, que exige su inmediata repatriación, Israel ha hecho caso omiso.

- Esto vuelve a plantear la cuestión de la aplicación de dos raseros, según sea el país que viole la Carta y las resoluciones de la ONU. Con Israel ha quedado demostrado que hay dos pesas y dos medidas: en unos casos, al condenado se le castiga; en otros, se le suplica. Para unos, la sanción; para otros, ni siquiera la amenaza.

Durante estos meses, la parte palestina, es decir, la OLP, ha hecho el máximo esfuerzo para reanudar estas conversaciones. Hay que reconocer que la parte norteamericana también ha hecho un gran esfuerzo.

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La decisión norteamericana de ser socio pleno en las negociaciones es un paso positivo, que podría ayudar a las partes en conflicto. Para la OLP no se podía seguir negociando sin tener ciertas garantías de que Israel lo va a tomar en serio y a negociar de buena fe, de acuerdo con las resoluciones de la ONU, y no desde posturas prepotentes y autoritarias.

Concesión esencial

No obstante, parece que, a veces, es necesario recordar que el pueblo palestino y su dirección, la OLP, han hecho una concesión esencial, pese a injusticia histórica cometida con él, al aceptar en 1989 la Resolución 242 de la ONU, como base para una paz negociada con los israelíes. Es bien sabido, además, que la flexibilidad demostrada por la OLP, pese a las limitaciones y condiciones impuestas por Shamir, hizo posible la celebración de la Conferencia de Madrid de 1991. Ésta constituye un cambio histórico en la actitud árabe y palestina y el punto de arranque de todo el actual proceso de paz.

En este ambiente cargado de frustración y de desconfianza, y tras varios contactos con la Administración norteamericana, los ministros árabes de Asuntos Exteriores, reunidos en Damasco el día 21 de abril, decidieron reanudar las negociaciones de paz en Washington, que comenzaron el día 27. La decisión palestina, tomada por la OLP, no fue fácil ni cómoda. El mismo secretario de Estado norteamericano elogió la audacia y valentía de esta decisión. Los palestinos han recibido ciertas garantías de que en el año 1993 se va a crear un autogobierno palestino, que para ellos sería el preludio de un Estado palestino independiente. Con esta decisión se ha dado una nueva oportunidad, esperamos que no sea la última, para lograr una paz justa y duradera en beneficio de todos los pueblos de la región. ¿Está dispuesto Israel a corresponder positivamente a este nuevo gesto de paz árabe y palestino? ¿0 va a seguir dando rodeos para mantener el actual statu quo (su ocupación), que ha demostrado ser precario, insostenible y peligroso, por ser un foco permanente de guerras y violencia? Los próximos días nos darán la respuesta.

Ahora bien, tras ocho rondas de negociaciones entre palestinos e israelíes en Washington, cabe preguntarse: ¿por qué no ha sido posible ni siquiera un mínimo avance? De acuerdo con la carta de invitación a la Conferencia de Madrid, tenía que haberse constituido a finales de 1992 un autogobierno palestino en los territorios ocupados. Al cabo de tres años será negociado el estatuto final de estos territorios, de acuerdo con las resoluciones de la ONU -paz por territorios- Para los palestinos, esto significaba negociar la retirada israelí de todos los territoriosocupados en 1967, incluyendo Jerusalén Este, además del ejercicio de su derecho a la autodeterminación. Israel recibirá las garantías necesarias para su seguridad. Partiendo de estos principios, la delegación palestina presentó a la parte israelí un plan completo de autogobierno, basado en la celebración de elecciones libres, democráticas y bajo el auspicio de la ONU. Los palestinos de los territorios ocupados en 1967 serán convocados a elegir un cuerpo legislativo y ejecutivo que tenga todos los poderes sobre la tierra, los recursos (el agua) y las personas. El contraplán iraelí presentado a la delegación palestina fue calificado Ashrawi, portavoz palestina, como un insulto a la inteligencia humana. Sin entrar en detalles, una reciente declaración del mismo Rabin lo aclara todo, al manifestar que es partidario del derecho de los judíos sobre toda la "tierra de Israel", pero no quiere incluir a los dos millones de palestinos en el Estado de Israel.

De esto se deduce que para ciertos círculos israelíes, los palestinos no constituyen un pueblo y, por tanto, no tienen derecho a la autodeterminación. Son una minoría étnica que ha venido casualmente a vivir en la "tierra de Israel". Se les puede expulsar, como piden algunos partidos y dirigentes israelíes, u otorgar cierta autonomía limitada para dirigir sus asuntos municipales. De acuerdo con este plan, la resolución 242 -paz por territorios- no es aplicable en el caso palestino. Durante el periodo autonómico, Israel mantendrá sus asentamientos, en un régimen de extraterritorialidad, el control sobre la tierra, los recursos de agua, seguridad, fronteras y relaciones exteriores.

Conceptos opuestos

No es dificil comprender, pues, porqué no fue posible la paz, ya que estamos ante dos conceptos políticos radicalmente opuestos: los israelíes tratan la cuestión palestina como un problema meramente demográfico, mientras que es, y así ha de ser tratado, un problema de ocupación militar ilegal y del derecho del pueblo palestino a la autodeterminación. El modelo de autonomía propuesto por Israel es en realidad una copia de los bantustans del régimen del apartheid, que está dando sus últimas bocanadas. Los palestinos no han luchado desde los inicios de nuestro siglo para llegar a eso.

En este contexto es posible comprender la reacción de cierto pesimismo de muchos palestinos hacia la reanudación de las negociaciones de Washington. Es lógico también que los deportados en el sur de Líbano se sientan amargados. No obstante, la OLP, en su condición de guardián y representante de los altos intereses nacionales del pueblo palestino, ha actuado con un alto sentido de la responsabilidad, dando otra oportunidad para la paz. En adelante, la suerte del proceso de paz y de los pueblos de la región dependerá de las decisiones israelíes. Para tener un buen comienzo, y con el fin de crear un clima de confianza, Israel ha de repatriar inmediatamente a los deportados, respetar los derechos humanos de los palestinos y paralizar la construcción de asentamientos. De este modo se podría considerar que la nueva oportunidad para lograr la paz no ha sido en vano.

es el representante de la OLP en España.

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