La ayuda internacional en las catástrofes logra menos eficacia que publicidad

La ayuda internacional en las catástrofes que afectan a los países pobres tiene más impacto publicitario que efectividad real, según el Informe sobre Desastres en el Mundo publicado ayer por Cruz Roja internacional. El aumento de la población y de las bolsas de pobreza ha disparado las víctimas por terremotos, sequías y demás desastres: en 1980 fueron 100 millones; en el año 2000 podrían ser 500.

El Informe sobre Desastres, presentado en Londres, será publicado anualmente a partir de esta primera edición, preparada por la Cruz Roja Internacional y la Media Luna Internacional. La int...

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La ayuda internacional en las catástrofes que afectan a los países pobres tiene más impacto publicitario que efectividad real, según el Informe sobre Desastres en el Mundo publicado ayer por Cruz Roja internacional. El aumento de la población y de las bolsas de pobreza ha disparado las víctimas por terremotos, sequías y demás desastres: en 1980 fueron 100 millones; en el año 2000 podrían ser 500.

El Informe sobre Desastres, presentado en Londres, será publicado anualmente a partir de esta primera edición, preparada por la Cruz Roja Internacional y la Media Luna Internacional. La intención es concienciar al público de que la incidencia de las catástrofes en el planeta es cada vez más grave y que las fórmulas de auxilio utilizadas hasta ahora son deficientes."A menudo, la ayuda occidental es escasa y llega demasiado tarde. En el terremoto de Armenia en 1988, por ejemplo, sólo un 30% de las medicinas enviadas tenían alguna utilidad inmediata", afirmó Mike Whitlam, director general de la Cruz Roja británica. "La fórmula correcta para afrontar estos desastres es preparar a las organizaciones locales, que conocen el terreno y están listas para prestar ayuda desde el primer minuto, no al cabo de uno o dos días", agregó.

Otro ejemplo de ineficiencia se produjo en el terremoto de Turquía, en 1992, cuándo los equipos médicos llegados de Europa y Estados Unidos no encontraron apenas en qué ocuparse: "Tienen problemas de desplazamiento, lingüísticos y de todo tipo. Cuando están preparados, ya ha pasado lo peor. En un terremoto, son esenciales las primeras 24 horas y ese tiempo sólo pueden cubrirlo las organizaciones locales", señaló Peter Walker, uno de los autores del informe.

"No estamos diciendo a la comunidad internacional que no necesitamos su ayuda. Al contrario, la necesitamos más que nunca. Pero no son demasiado eficaces esos impulsos caritativos de última hora, alentados por las imágenes de televisión y plasmados en camiones llenos de mantas y artículos de utilidad muy relativa. Lo que necesitamos son fondos para adiestrar a los servicios de emergencia en las zonas propensas a los desastres", explicó Mike Whitlam.

El informe destaca tres puntos: la ayuda constante en infraestructuras y preparación es mucho más barata que las operaciones de auxilio espectaculares y de última hora; la vulnerabilidad a los desastres de un creciente porcentaje de la población mundial es una cuestión de derechos humanos; la diferencia entre los recursos disponibles por Cruz Roja y organizaciones similares y el coste de los desastres es cada vez mayor y más negativa.

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