Reportaje:

Mordovia, república comunista en Rusia

Yeltsin y Jasbulátov miden sus fuerzas en este pequeño territorio de la cuenca del Volga

Los seguidores del jefe del Parlamento ruso, Ruslán Jasbulátov, han conquistado un puesto de avanzadilla en el territorio del Estado: la República Socialista Soviética de Mordovia (RSSM), una zona depauperada de la cuenca del Volga, que en el pasado fue sede de los campos de concentración estalinistas y que hoy está orgullosa de sus patatas, como se comprueba con sólo poner el pie en Saransk, su capital. El Parlamento de Mordovia, dirigido por el ex apparatchik comunista Nikolai Biriukov, ha defenestrado al presidente y jefe del Gobierno local, Vasili Gusliánnikov, y se dispone a formar un nu...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Los seguidores del jefe del Parlamento ruso, Ruslán Jasbulátov, han conquistado un puesto de avanzadilla en el territorio del Estado: la República Socialista Soviética de Mordovia (RSSM), una zona depauperada de la cuenca del Volga, que en el pasado fue sede de los campos de concentración estalinistas y que hoy está orgullosa de sus patatas, como se comprueba con sólo poner el pie en Saransk, su capital. El Parlamento de Mordovia, dirigido por el ex apparatchik comunista Nikolai Biriukov, ha defenestrado al presidente y jefe del Gobierno local, Vasili Gusliánnikov, y se dispone a formar un nuevo Gobierno antes de que el Tribunal Constitucional de Rusia se pronuncie sobre el caso. Mientras tanto, Gusliánnikov y su Gabinete se resisten a abandonar sus puestos.

Más información

Mordovia, un territorio un poco más pequeño que Galicia, y la única república rusa que no cambió su antiguo nombre soviético ni declaró su soberanía, es hoy un polígono de pruebas donde miden sus fuerzas el presidente de Rusia, Borís Yeltsin, y Jasbulátov. Ambos bandos han comprendido que Mordovia constituye un modelo de lo que podría pasar a mayor escala si uno de los dos grupos enfrentados consigue imponerse al otro. Por eso, las fuerzas del Estado que representan los protagonistas del conflicto local han acudido en su auxilio.Gusliánnikov y Biriukov ejercen sus funciones en dos edificios vecinos, situados en partes opuestas de una desangelada plaza presidida por una estatua de Lenin. Gusliánnikov sigue considerándose a sí mismo como el presidente, aunque en el Parlamento se refieren a él como el ex presidente. Tiene 43 años, es físico de profesión y fue uno de los dirigentes del movimiento Rusia Democrática. El 7 de abril, el Parlamento enmendó la Constitución mordova y abolió el puesto de presidente. El titular fue despedido con una indemnización de tres meses de sueldo. De los 169 diputados que integran el Parlamento, 116 votaron a favor de eliminar la presidencia.

Como base para castrar la Constitución local, en palabras del ministro de Prensa, Alexandr Pykov, se utilizó una investigación parlamentaria que vinculó a Gusliánnikov con algunos asuntos supuestamente ilegales, tales como las actividades de la empresa comercial Mordovia, creada por el Gobierno. Gusliánnikov, que fue el primero en pedir una investigación fiscal sobre las actividades de la empresa, ha negado las acusaciones contra él. Sus allegados creen que fue un error que la esposa del presidente trabajara en la empresa.

Nikolai Biriukov es el Jasbulátov de Mordovia. Tiene 48 años y fue secretario responsable de Agricultura en el comité local del Partido Comunista. Esta organización vuelve a florecer hoy en Mordovia, y Borís Starodúbov, el ayudante de Biriukov, ya se ha vuelto a incorporar a sus filas. De la nomenklatura comunista viene la mayoría de los diputados parlamentarios, 130 de los cuales fueron elegidos sin candidatura alternativa en 1990. Biriukov es en gran parte responsable del conflicto local, porque el fue quien decidió crear el puesto del presidente de la república cuando estaba convencido de poder ganar esas elecciones.

Gusliánnikov, sin embargo, le derrotó en las urnas y desde entonces Biriukov ha cambiado de opinión. "Hay factores internos, externos y personales que han deformado la idea inicial de la presidencia. Yo creía que aumentaría la disciplina y el orden, pero la presidencia no ha contribuido a consolidar las fuerzas, sino todo lo contrario".

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tanto Gusliánnikov como Biriukov han movilizado sus recursos. Por estos parajes inhóspitos han pasado los ultras del panorama político ruso, e incluso Jasbulátov vino de visita, contribuyendo así a la idea de que el jefe del Parlamento ruso y su representante en Mordovia mantienen una amistad personal. Biriukov acompañó a Jasbulátov en su visita a España en 1992.

Institución presidencial

La sesión parlamentaria que enterró la institución presidencial en Mordovia estuvo inspirada por los visitantes de Moscú, de donde llegó el diputado ruso, VIadímir Isákov, uno de los ideólogos del Frente de Salvación Nacional. El jurista Isákov ayudó a sustituir el capítulo de la Constitución dedicado a la presidencia por otro que reglamenta el funcionamiento de un Gobierno sometido al Parlamento."El Sóviet Supremo ha intentado cortarme las comunicaciones, echarme del despacho y quitarme los medios de locomoción", asegura Gusliánnikov. "Estas acciones pueden obligarme a tomar medidas duras y a recurrir a métodos no constitucionales", añade.

En socorro de Gusliánnikov acudió a Mordovia Serguéi Shajrai, el primer vicepresidente del Gobierno ruso. En una noche de febril actividad, Shajrai, que también es jurista, redactó el decreto que Yeltsin firmó después para proteger al presidente de Mordovia y el recurso que Gusliánnikov interpuso ante el Tribunal Constitucional.

En Mordovia, sin embargo, los acontecimientos no esperan las resoluciones de los tribunales moscovitas. El lunes, el Gobierno fue convocado dos veces. Por la mañana, les reunió Valeri Shvetsov, el nuevo jefe del Consejo de Ministros, según el Parlamento. Por la tarde, les reunió el presidente, Gusliánnikov. De esta forma, los ministros se ven en un conflicto de lealtades.

Al otro lado de la plaza, Biriukov dice estar convencido de que los ministros apoyan a Shvetsov. La hora de la verdad vendrá el día 20, cuando el Parlamento se reúna para confirmar al Gobierno. Si el Tribunal Constitucional de Rusia no ha dictaminado para entonces, la dualidad del poder se habrá consumado.

Sobre la firma

Archivado En