Jasbulátov culpa a Yeltsin de querer desintegrar la Federación Rusa

Ruslán Jasbulátov, jefe del Parlamento ruso y máximo rival actual del presidente Borís Yeltsin, caldeó ayer la campaña del referéndum al acusar al mandatario de favorecer la desintegración de la Federación Rusa. "No estamos dispuestos a permitir que esa gente que al perder la vergüenza y la cabeza desintegró la Unión, lleve ahora a Rusia por el mismo carnino", dijo ante un grupo de veteranos de la Segunda Guerra Mundial.Jasbulátov aseguró que dos de los más directos colaboradores de Yeltsin, Guennadi Búrbulis y Mijaíl Poltoranin, ayudaron en 1991 al general Dzhojar Dudáyev a tomar el poder en ...

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Ruslán Jasbulátov, jefe del Parlamento ruso y máximo rival actual del presidente Borís Yeltsin, caldeó ayer la campaña del referéndum al acusar al mandatario de favorecer la desintegración de la Federación Rusa. "No estamos dispuestos a permitir que esa gente que al perder la vergüenza y la cabeza desintegró la Unión, lleve ahora a Rusia por el mismo carnino", dijo ante un grupo de veteranos de la Segunda Guerra Mundial.Jasbulátov aseguró que dos de los más directos colaboradores de Yeltsin, Guennadi Búrbulis y Mijaíl Poltoranin, ayudaron en 1991 al general Dzhojar Dudáyev a tomar el poder en Chechenia, la república donde nació el propio Jasbulátov. Chechenia se gobierna hoy de forma independiente, aunque formalmente sigue dentro de la Federación.

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Jasbulátov volvió a acusar a Yeltsin de querer instaurar la dictadura con su intervención televisiva del 20 de marzo, y al Gobierno de ser el principal obstáculo para la reforma. "La política reformista será pronto invertida y volveremos al comunismo de guerra", dijo. También reiteró su convicción de que su teléfono y el del presidente del Tribunal Constitucional están intervenidos.

Jasbulátov aseguró también que el Parlamento ruso no ratificará el tratado de desarme START II, firmado en enero por Yeltsin y George Bush, en tanto que Andréi Kózirev siga al frente de la política exterior. "Ese tratado", dijo, "debe ser presentado ante el Parlamento por un minístro de Exteriores respetado y apoyado por la sociedad, y mientras ese ministro no exista no tiene sentido hablar de ratificación".

Yeltsín hizo ayer campaña en la región de Kuzbás, donde prometió a los mineros, uno de sus principales apoyos desde la época de su enfrentamiento con Gorbachov, que el nuevo programa de Gobierno iba a mejorar su nivel de vida. "La inflación bajará y no volverá a haber un descenso de la producción industrial como en 1992", proclamó. El día anterior había hecho la misma promesa a un grupo de estudiantes y les aseguraba que el Gobierno no iba a volver a emplear la terapia de choque.

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