Un primer ministro del centro-derecha formaráa Gobierno esta semana

Todo va a ocurrir muy deprisa. Pierre Bérégovoy presentará mañana su dimisión como primer ministro. François Mitterrand designará su sustituto el lunes por la tarde o el martes por la mañana y el nuevo primer ministro formará Gobierno antes del final de la semana. Pero antes tiene que caer el telón sobre el largo periodo de hegemonía de los socialistas franceses, y eso ocurrirá hoy con la segunda vuelta de las legislativas. Francia puede contar esta noche con una aplastante mayoría parlamentaria de centro-derecha.

Los ministros y diputados socialistas ya han vaciado sus despachos. Las l...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Todo va a ocurrir muy deprisa. Pierre Bérégovoy presentará mañana su dimisión como primer ministro. François Mitterrand designará su sustituto el lunes por la tarde o el martes por la mañana y el nuevo primer ministro formará Gobierno antes del final de la semana. Pero antes tiene que caer el telón sobre el largo periodo de hegemonía de los socialistas franceses, y eso ocurrirá hoy con la segunda vuelta de las legislativas. Francia puede contar esta noche con una aplastante mayoría parlamentaria de centro-derecha.

Los ministros y diputados socialistas ya han vaciado sus despachos. Las lágrimas corrieron el pasado miércoles en el Elíseo, en el que fue último consejo de ministros socialista de la presidencia de François Mitterrand. De la jornada electoral de hoy el partido del puño y la rosa sólo espera que su derrota sea menos brutal de lo que fue el pasado domingo. Es decir, que los franceses corrijan en un sentido algo más favorable el resultado de la primera vuelta de las legislativas.A los trámites del relevo le falta por resolver la cuestión esencial de saber quién será el próximo primer ministro. El suspense va a durar poco tiempo. La crisis psicológica de Francia, la especulación sobre su moneda y la parálisis de la construcción europea no permiten demoras. Mitterrand tiene ahora la palabra. Según la Constitución, el presidente designa al titular del Hotel Matignon (sede de la jefatura del Gobierno) en el seno de la nueva mayoría.

Edouard Balladur tiene muchas cartas en su mano. Pertenece a la Agrupación para la República (RPR), el partido que se perfila como hegemónico en el seno de la coalición de centro-derecha, y tiene fama de ser el buen gestor que requiere la delicada situación francesa. Le apadrina Jacques Chirac, el líder gaullista convertido en gran vencedor de estos comicios.

Pero Mitterrand, que en la adversidad recupera el, papel que más le gusta, el de opositor, detesta que se le impongan soluciones. Mitterrand ha dejado claro que nada le obliga a escoger un primer ministro del RPR. La irritante" actitud de Chirac le ha dado ganas de no nombrar a un gaullista, por moderado que sea. El otro socio de la coalición vencedora en las legislativas, la centrista Unión para la Democracia Francesa (UDF), no ha perdido las esperanzas de que Mitterrand designe a uno de los suyos. No puede descartarse que Valéry Giscard d'Estaing desembarque en Matignon.

La riendas económicas

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Como hizo Pierre Bérégovoy, el ya casi ex primer ministro socialista, Balladur desea controlar de cerca los asuntos económicos. Su favorito para el Ministerio de Economía y Finanzas es Jacques de Larosiére, actual gobernador del Banco de Francia, y para el de Presupuesto, el gaullista Nicolas Sarkozy. Pero si Matignon cae en las manos del RPR, la UDF querrá equilibrar el Gabinete ocupándose de la economía. Dos nombres están en todas las listas: los de Edmond Alphandéry y Pierre Méhaignerie.

Sea cual sea el próximo responsable de la economía francesa, sus primeras tareas serán: enviar un claro mensaje a favor del mantenimiento de la paridad del franco; conceder la autonomía al Banco de Francia; afrontar el contencioso agrícola con Estados Unidos; realizar una auditoría del estado en que los socialistas han dejado las cuentas del país, y las privatizaciones.

El Quai d'Orsay, que tendrá que lidiar con la voluntad de Mitterrand de seguir dirigiendo la política exterior, tiene múltiples candidatos. El principal es Alain Juppé, secretario general del RPR, que propone un nuevo pacto con Alemania. Según su esquema, París ofrece su firme compromiso con la Unión Económica y Monetaria y su apoyo a la candidatura de Alemania para un sillón permanente del Consejo de Seguridad de la ONU. A cambio, exige una baja de los tipos de interés alemanes que permita oxigenar la economía francesa. La UDF insiste en que los gaullistas no deben ocupar al mismo tiempo Matignon y el Quai d'Orsay.

Charles Pasqua parece bien colocado para Defensa. Dos asuntos pueden provocar fricciones con el Elíseo: la reducción de los presupuestos militares y la suspensión de los ensayos nucleares en el Pacífico. Entre los aspirantes a Interior figuran los gaullistas Juppé y Robert Pandraud y el centrista Gérard Longuet.

Archivado En