El Gobierno británico mantendra abiertas 12 de las 31 minas de carbón que amenazaba cerrar desde octubre

El Gobierno británico materializó el jueves su marcha atrás en el conflicto minero, al anunciar que se mantendrán abiertas 12 de las 31 minas de carbón amenazadas de cierre desde octubre. De las restantes 19, una seguirá funcionando provisionalmente mientras se estudia su viabilidad y otras seis dejarán de producir pero se conservarán disponibles, con una pequeña plantilla dedicada a mantenimiento. Las otras 12 desaparecerán. El plan reduce los 30.000 despidos iniciales hasta 20.000.El anuncio fue efectuado en la Cámara de los Comunes por el ministro de Industria, Michael Heseltine, a quie...

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El Gobierno británico materializó el jueves su marcha atrás en el conflicto minero, al anunciar que se mantendrán abiertas 12 de las 31 minas de carbón amenazadas de cierre desde octubre. De las restantes 19, una seguirá funcionando provisionalmente mientras se estudia su viabilidad y otras seis dejarán de producir pero se conservarán disponibles, con una pequeña plantilla dedicada a mantenimiento. Las otras 12 desaparecerán. El plan reduce los 30.000 despidos iniciales hasta 20.000.El anuncio fue efectuado en la Cámara de los Comunes por el ministro de Industria, Michael Heseltine, a quien la oposición. laborista recibió con gritos de "fracasado" y "dimite de una vez". Heseltine explicó que la competitividad de la industria carbonera británica sería reforzada con subsidios estatales, y que las doce áreas cuyas minas serán definitivamente cerradas recibirían una ayuda de 35.000 millones de pesetas para amortiguar los efectos económicos de la clausura.

Heseltine agregó que "ninguna mina sería cerrada antes de ofrecerla al sector privado", aunque las posibilidades de venta se estiman nulas, y que la privatización de lo que quede de British Coal se efectuará "con la mayor rapidez posible", para que "la agilidad del sector privado proporcione la capacidad comercial necesaria".

El ministro afirmó que había hecho todo lo que estaba en sus manos para mantener abierta la mayor cantidad posible de explotaciones, "dentro de los límites que establece la realidad económica y las restricciones legales sobre el pago de subvenciones". La decisión gubernamental de salvar 12 explotaciones, basada en las conclusiones de un informe parlamentario, fue adoptada por criterios básicamente políticos. Robin Cook, portavoz industrial de la oposición laborista, se encargó de resaltar que British Coal y el Gobierno habían sido incapaces de apuntar qué mercados tendrían las minas que siguieran abiertas. Agregó que las minas "siguen condenadas, porque sus ventas decrecerán inexorablemente si el Gobierno no consigue compradores".

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