Nueve crías de distintas 9 especies nacen en el zoológico al calor de la primavera

Sólo ha sido necesario el final del extremado invierno madrileño y la llegada de la templanza primaveral para que distintos animales del parque zoológico de Madrid hayan parido a sus crías. En estos últimos días han nacido hasta nueve animales, cuyos nombres evocan sabanas o exóticas tierras: dos arruís, un nilgo, dos corderos de Valaquia, dos gacelas dorcas, una cabra girgentiana y un buitre leonado.

El polluelo de buitre leonado, al que su madre alimentaba ayer, un día después de salir del huevo, pertenece a una especie protegida en España por su escasez y riesgo de desaparición....

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Sólo ha sido necesario el final del extremado invierno madrileño y la llegada de la templanza primaveral para que distintos animales del parque zoológico de Madrid hayan parido a sus crías. En estos últimos días han nacido hasta nueve animales, cuyos nombres evocan sabanas o exóticas tierras: dos arruís, un nilgo, dos corderos de Valaquia, dos gacelas dorcas, una cabra girgentiana y un buitre leonado.

El polluelo de buitre leonado, al que su madre alimentaba ayer, un día después de salir del huevo, pertenece a una especie protegida en España por su escasez y riesgo de desaparición.

Gorilas

Mientras tanto, los animales del zoológico se adaptan a este hábitat, distinto al suyo natural. El parque ha empezado a acostumbrar a cuatro gorilas a una nueva instalación al aire libre, de mayor extensión -500 metros cuadrados- que aquella en la que habitaban antes en el mismo recinto, y dotada del equipamiento necesario para que ejerzan sus actividades habituales y se desenvuelvan según sus costumbres.En el recinto de la Casa de Campo hay dos hembras adultas de gorila, un macho también adulto y otro muy joven. Estos ejemplares, como es habitual en su especie, actúan con prudencia y precaución, por lo que la adaptación al nuevo espacio ha de hacerse con tiento. Así, los especialistas del zoo han decidido que sea el más joven, y por tanto más dócil, el que inaugure las nuevas dependencias.

Nicki, que es el nombre del joven gorila, ya se pasea por su nuevo espacio, golpea su pecho con los puños y da palmadas, que los visitantes reciben con regocijo. Le acompaña una hembra, instalada allí días después, pero más confiada.

Dentro de unos días, un macho membrudo y fiero, Bioko, se integrará a esta reproducción en Madrid de un pedazo de terreno africano cercano al río Gabón, de donde es originaria la especie.

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