Yeltsin dice que Jasbulátov pretende devolver el poder a los comunistas

El presidente ruso, Borís Yeltsin, acuso ayer al jefe del Parlamento, Ruslán Jasbulátov, de querer "entregar todo el poder a los sóviets, devolver las palancas de la dirección del país a la nomenklatura comunista y eliminar las conquistas democráticas de agosto de 1991% cuando se derrotó el intento de golpe de Estado.

El duro ataque de Yeltsin contra "la dirección del Sóviet Supremo" (el Parlamento permanente) fue realizado a través de una declaración de su portavoz, Viacheslav Kóstikov, dedicada a los resultados del VIII Congreso de Diputados, el macroparlamento cuya reunión fue clausu...

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El presidente ruso, Borís Yeltsin, acuso ayer al jefe del Parlamento, Ruslán Jasbulátov, de querer "entregar todo el poder a los sóviets, devolver las palancas de la dirección del país a la nomenklatura comunista y eliminar las conquistas democráticas de agosto de 1991% cuando se derrotó el intento de golpe de Estado.

El duro ataque de Yeltsin contra "la dirección del Sóviet Supremo" (el Parlamento permanente) fue realizado a través de una declaración de su portavoz, Viacheslav Kóstikov, dedicada a los resultados del VIII Congreso de Diputados, el macroparlamento cuya reunión fue clausurada el pasado sábado tras cuatro días de acaloradas sesiones. Kóstikov añadió más adelante que el presidente está tan resuelto a actuar como en agosto de 1991, cuando tuvo lugar el fallido intento- de golpe de Estado."Los resultados del VIII Congreso son sumamente preocupantes. El Congreso rechazó la posibilidad de una solución concertada de la crisis constitucional; sus decisiones profundizaron seriamente el desiquilibrio entre los distintos poderes del Estado y amenazan el sistema estatal y el orden en el país", dice la declaración.

Yeltsin concluye que "al negar al pueblo su derecho a pronunciarse a través de un referéndum, el Congreso ha tomado el camino de la violación de la Constitución y de la confrontación directa con el presidente de Rusia, legítimamente elegido". Yeltsin ha insistido en la necesidad de realizar un plebiscito a pesar de contar con la oposición de la mayoría de las fuerzas políticas y de las repúblicas que integran la Federación Rusa. El presidente, según sus portavoces, está determinado a ir adelante con el referéndum para que el pueblo diga si desea o no una república presidencialista.

La anulación del referéndum del 11 de abril, aprobada por el Congreso, no es legal, según los expertos jurídicos del presidente, y apelarán esta decisión ante el Tribunal Constitucional. Pero incluso si éste no le da la razón, Yeltsin consultará al pueblo en una encuesta nacional.

"El discurso de clausura de Jasbulátov es un llamamiento a los sóviets para que tomen el poder en el Centro y en las otras localidades" afirma Kóstikov, agregando que Yeltsin "está profundamente preocupado por la amenaza que pende sobre la democracia y las reformas".

En un estilo que recuerda los tiempos soviéticos del estancamiento, cuando en el poder estaba Bréznev, la declaración dice que "el presidente recibe numerosos mensajes de las regiones de Rusia, empresas, organizaciones y ciudadanos para que defienda la democracia y detenga la restauración comunista". El portavoz de Jasbulátov, Konstantín Zlobin, aseguró ayer que también ellos están recibiendo "numerosos telegramas y mensajes en apoyo del Congreso".

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Zlobin calificó de "descortés" la declaración del portavoz de Yeltsin e insistió en que "el garante de las conquistas democráticas" es hoy, precisamente, el poder legislativo, "que actúa estrictamente en los marcos legales que establece la Constitución y no a partir de innumerables y a veces contradictorios decretos" del Ejecutivo.

No todos comparten el balance negativo que hace el portavoz de Yeltsin. El ministro de Exteriores, Andréi Kózirev, dijo ayer que no es partidario de "dramatizar los resultados" del Congreso. "Lo principal es que las batallas orales no se conviertan en un guerra civil", señaló.

Balances contradictorios

Unión Cívica, el bloque que une a las diferentes fuerzas centristas, piensa que el Gobierno ahora tiene muchas más posibilidades de "aplicar directamente las medidas anticrisis". "Esto es lo más importante", dijo Vasili Lipitski, uno de sus líderes.

La declaración de Kóstikov está más cercana a los ánimos de los demócratas radicales. Así, Lev Ponomariov, copresidente de Rusia Democrática, opinó ayer que las formas parlamentarlas de lucha están en duda" y que "la principal parte del trabajo ahora hay que hacerla fuera de los muros del Parlamento". El movimiento Rusia Democrática, que llevó al poder a Yeltsin y que hoy se halla dividido y en franca decadencia, celebrará un mitin "en defensa de la democracia y el poder ejecutivo" a fines de mes.

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