Los Republikaner salen de las catacumbas

El partido Die Republikaner fue fundado en 1983 por dos ilustres desconocidos; Franz Handlos y Ekkehadt Voigt. Pero no fue hasta 1985 cuando la llegada de Franz Schörihuber hizo que aquel grupúsculo empezara a tomar consistencia. Este hombre, que a los 18 años fue oficial de las SS hitlerianas, había sido hasta entonces uno de los más fieles colaboradores del mítico Franz Josef Strauss, el líder de los socialcristianos bávaros y uno de los políticos más importantes de la República Federal de Alemania hasta su muerte en octubre de 1988.Schönhuber, un hombre de una gran personalidad y carisma, d...

El partido Die Republikaner fue fundado en 1983 por dos ilustres desconocidos; Franz Handlos y Ekkehadt Voigt. Pero no fue hasta 1985 cuando la llegada de Franz Schörihuber hizo que aquel grupúsculo empezara a tomar consistencia. Este hombre, que a los 18 años fue oficial de las SS hitlerianas, había sido hasta entonces uno de los más fieles colaboradores del mítico Franz Josef Strauss, el líder de los socialcristianos bávaros y uno de los políticos más importantes de la República Federal de Alemania hasta su muerte en octubre de 1988.Schönhuber, un hombre de una gran personalidad y carisma, dirigía un famoso programa de televisión en la cadena regional bávara, pero se enfadó con Strauss. Fue una querella personal con el toro de Baviera la que le hizo abandonar el partido y, por lo que parece, jurar venganza. Bajo su dirección, en 1987 los reps presentaron su primer programa federal, una mezcla de populismo, nacionalismo alemán y llamadas al sentimiento xenófobo, basándose en los problemas primarios de la capa de la población menos favorecida, como la vivienda.

A principios de 1989 obtuvieron su primer éxito al hacerse con un 7,5% de los votos en las elecciones de Berlín Occidental, ante la estupefacción general. Quienes creyeron que era un fenómeno coyuntural, tuvieron la respuesta pocos meses después, en las elecciones al Parlamento Europeo cuando los reps obtuvieron un 8% de los votos en toda la RFA y casi un 15% en Baviera. Estaban lanzados cuando, aquel otoño, cayó el muro de Berlín. El proceso de unificación, capitalizado por el canciller Kohl, devolvió a los seguidores de Schönhuber a las catacumbas. Pero ahora vuelven a estar en el mismo punto que en 1989.