El fiscal muestra firmeza en el juicio contra 'Totò' Riina

"No es usted quién para decir al tribunal o al ministerio público cómo tienen que hacer su trabajo", espetó ayer el fiscal Vittorio Teresi a Salvatore Totò Riina, que estaba siendo interrogado en el aula bunker de Palermo sobre los asesinatos de cuatro familiares del ex capo Gaetano Badalamenti. "Y no me interrumpa usted, como yo no le he interrumpido", añadió el fiscal, intentando por primera vez impedir que Riina prosiguiera con otra de las exhibiciones televisivas -el juicio es televisado- que han suscitado las protestas de los italianos.Si alguna virtud han tenido estas apariciones ...

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"No es usted quién para decir al tribunal o al ministerio público cómo tienen que hacer su trabajo", espetó ayer el fiscal Vittorio Teresi a Salvatore Totò Riina, que estaba siendo interrogado en el aula bunker de Palermo sobre los asesinatos de cuatro familiares del ex capo Gaetano Badalamenti. "Y no me interrumpa usted, como yo no le he interrumpido", añadió el fiscal, intentando por primera vez impedir que Riina prosiguiera con otra de las exhibiciones televisivas -el juicio es televisado- que han suscitado las protestas de los italianos.Si alguna virtud han tenido estas apariciones del corleonés más famoso ha sido la de convencer a millones de italianos escépticos de que Totò Riina era, efectivamente, todavía el jefe supremo de Cosa Nostra cuando fue detenido en enero. Basta verle actuar en juicio, con una determinación y una dureza en la mirada que desmiente sus modales correctos, y con una velocidad de razonamiento que va infinitamente más allá de su cuidado acento campesino, para reconocer la presencia de un criminal sin paliativos.

Es claro que, como todos los mafiosos, Riina se había preparado toda la vida para estos momentos supremos, en los que exhibe un conocimiento minuciosísimo de sus problemas legales sin dejar de presentarse como un pobre trabajador obligado a vivir escondido.

Condenado ya en firme a dos cadenas perpetuas, no trata tanto de defenderse como de seguir exhibiendo poder ante sus esbirros a través de la televisión, el único medio de comunicación directo que tiene como detenido.

Precisamente por esa capacidad de mandar mensajes al exterior, los interrogatorios anteriores de Riina habían desencadenado la alarma de Luciano Violante, presidente de la Comisión Antimafia del Parlamento, y de otras personalidades, perplejas porque se permitiera al reo comportarse como "un invitado, más que como el acusado".

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