Felipe González considera el pacto social "una extraordinaria ayuda" para luchar contra el paro

El presidente del Gobierno, Felipe González, hizo ayer un llamamiento a los agentes económicos y sociales para que, ante la gravedad de la crisis, reconsideren su rechazo a alcan zar un gran pacto social que permita reactivar la economía respetando el plan de convergencia con los países más prósperos de la Comunidad Europea. La apuesta de González por el pacto matiza sus declaraciones del martes en el debate del Congreso sobre el paro, reacias a la posibilidad de ese proyecto que defendieron, en cambio, Convergéncia i Unió, el Partido Nacionalista Vasco y el Centro Democrático y Social.
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El presidente del Gobierno, Felipe González, hizo ayer un llamamiento a los agentes económicos y sociales para que, ante la gravedad de la crisis, reconsideren su rechazo a alcan zar un gran pacto social que permita reactivar la economía respetando el plan de convergencia con los países más prósperos de la Comunidad Europea. La apuesta de González por el pacto matiza sus declaraciones del martes en el debate del Congreso sobre el paro, reacias a la posibilidad de ese proyecto que defendieron, en cambio, Convergéncia i Unió, el Partido Nacionalista Vasco y el Centro Democrático y Social.

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Los sindicatos reaccionaron ayer con cautela ante la propuesta y, según UGT, haría falta un cambio de la política económica. La patronal CEOE reiteró su disposición a negociar, pero expresó su pesimismo sobre un acuerdo.Refiriéndose al debate sobre el paro, González recordó, en el curso de una conferencia de prensa con el primer ministro italiano, el socialista Giuliano Amato, que le parecía "muy importante, extraordinariamente importante, una gran ayuda, que los agentes económicos y sociales estuvieran en disposición de llegar a un acuerdo nacional".

Tal pacto debería incluir, según el jefe del Ejecutivo, "aspectos tan importantes como la reforma del mercado de trabajo o la necesaria moderación del crecimiento de rentas, salariales y no salariales," para facilitar así "los procesos de inversión y, a la vez, aliviar la tensión inflacionista y ayudar a bajar los tipos de interés". Precisó, no obstante, que tal rebaja sólo podría efectuarse en coordinación con el banco central alemán.

"Bienvenido sea el pacto", prosiguió el presidente, "si los interlocutores están dispuestos a hacerlo", lo que a renglón seguido puso en duda. "Lo que hemos percibido en las últimas semanas (...) eran respuestas que lo excluían". "Si eso se puede reconsiderar por la situación de crisis en la que vivimos, bienvenida sea esa reconsideración", añadió.

Dos requisitos

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Para González hay, sin embargo, dos requisitos indispensables a la conclusión de un pacto social entre su Gabinente y los agentes económicos y sociales. Primero, el acuerdo no debe ser "incompatible con la responsabilidad del Gobierno para hacer lo que cree que es necesario hacer ( ... )"La segunda condición, más importante aún, es que el pacto tampoco "debe ser incompatible con una política de saneamiento" de las finanzas públicas "que permita realmente sentar las bases de un crecimiento más estable", subrayó González.

El martes en el Congreso González se mostró reacio a proponer un pacto social porque, explicó, las experiencias fracasadas de los pactos de competitividad y social de progreso demuestran que la frustración de las expectativas que suscitan provoca efectos muy negativos.

González aprovechó la ocasión para arremeter de nuevo contra el líder del Partido Popular, José María Aznar, pero esta vez en tono irónico. Preguntado sobre las últimas declaraciones del líder popular a La Vanguardia en las que advertía del riesgo de italianiación de la vida política española, González contestó que no había leído la entrevista. "Suponiendo que sea correcta", añadió dirigiéndose al periodista, "está usted definiendo la capacidad de relación internacional del señor Aznar si algún día le toca ejercer el poder".

Los sindicatos reaccionaron con escepticismo a la propuesta de González. "Lo que hay que pedirle al presidente del Gobierno es que se aclare. Sus declaraciones sólo sirven para confundir", manifestó Emilio Castro, secretario de acción institucional de la UGT. "Si no se cambia la política económica no tiene sentido un pacto", añadió Castro, antes de recordar que el nuevo rumbo de la política económica que reclama su sindicato debería incluir el fin de la precariedad en el empleo, el aumento de la inversión pública y la puesta en marcha de una política industrial.

El secretario de política institucional de CC 00, José María Fidalgo, declaró: "No rechazamos negociar nada, pero habría que saber de qué tipo de pacto se habla". "Quizá", prosiguió, "están pensando en el aumento salarial del 1,8% aprobado este año para los funcionarios". "Debe cambiarse la política presupuestaria para dedicar más dinero a inversión y los tipos de interés deberían bajar".

La patronal CEOE emitió, por su parte, un comunicado en el que reafirma su disposición a dialogar y considera "fuera de lugar e injusto que se atribuya genericamente a los agentes sociales la responsabilidad de que no se pueda llegar a un gran acuerdo sobre rentas o sobre mercado de trabajo (...) "Es público y notorio", prosigue el texto, "que los últimos intentos de concertación social han sido interrumpidos por los sindicatos o por el Gobierno, que ha premiado la cerrazón sindical".

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