Tocado por el aliento del infierno

Testimonio del único científico que sobrevivió dentro del cráter a la erupción del volcán Galeras

Con las piernas rotas y la quijada sujeta con vendas y alambre, un maltrecho superviviente de uno de los peores desastres en la historia de la ciencia ha recordado, desde su cama en el hospital, cómo seis de sus colegas murieron mientras buscaban modos más adecuados de predecir la erupción de los volcanes.Los seis perdieron la vida el pasado 14 de enero, mientras reunían datos químicos y gravitacionales dentro del cráter del volcán Galeras, a casi 4.500 metros de altura en los Andes colombianos. De repente, el suelo comenzó a elevarse. Con un rugido ensordecedor, el volcán explotó en una orgía...

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Con las piernas rotas y la quijada sujeta con vendas y alambre, un maltrecho superviviente de uno de los peores desastres en la historia de la ciencia ha recordado, desde su cama en el hospital, cómo seis de sus colegas murieron mientras buscaban modos más adecuados de predecir la erupción de los volcanes.Los seis perdieron la vida el pasado 14 de enero, mientras reunían datos químicos y gravitacionales dentro del cráter del volcán Galeras, a casi 4.500 metros de altura en los Andes colombianos. De repente, el suelo comenzó a elevarse. Con un rugido ensordecedor, el volcán explotó en una orgía de lava, piedras y cenizas incandescentes.

Esta ráfaga infernal aplastó y calcinó a seis de los científicos que trabajaban allí, e hirió a muchos otros que estaban cerca de sus bordes. El único superviviente de los que estaban cerca de esta boca del infierno fue el doctor Stanley N. Williams, de 40 años, vulcanólogo de la Universidad del Estado de Arizona, casado y padre de dos niños de 7 y 4 años. Williams, que se encontraba en el borde interior este observó desesperado cómo el cataclismo atrapaba a otros dos colegas dentro del cráter y tres más que estaban en el borde opuesto. "Me dije a mí mismo: 'No quiero morir, no quiero perder a mi mujer ni a mis hijos", recordó, durante una entrevista telefónica concedida desde un hospital de Phoenix (Arizona). "Me di la vuelta y corrí tan rápido como pude. Tampoco conseguí ir muy deprisa, tan sólo bajé 20 metros por el borde exterior". Mientras se desplomaba sobre la ladera, con el cráneo fracturado y las piernas rotas, Williams luchó para mantenerse consciente y así ver y evitar las piedras ardientes que caían.

La catástrofe ocurrió mientras 90 científicos de 15 países se reunían en la cercana localidad de Pasto para estudiar el Galeras dentro de un programa de las Naciones Unidas para reducir la mortalidad causada por las erupciones volcánicas y otros desastres naturales. Estos especialistas consideran que este volcán sufrirá una fuerte erupción antes de diez años. Además, ofrece un considerable riesgo: Pasto, con sus 300.000 habitantes, está situada a los pies del Galeras, a unos pocos kilómetros de su cráter, y un total de 400.000 almas duermen y viven en las faldas del monstruo. Galeras es ahora el volcán más activo de la cadena andina en Colombia, donde aún es dificil olvidar los 25.000 muertos que causó en 1985 el Nevado del Ruiz, cuando derramó el barro de sus laderas sobre las poblaciones, al derretirse la nieve de su cumbre por una erupción.

Williams encabezaba el grupo de científicos norteamericanos que se encontraban en Pasto, a casi 700 kilómetros al suroeste de la capital, Bogotá. El desastre ocurrió durante una excursión de los especialistas al volcán, programada dentro de la conferencia. A pesar de sus conocimientos, ninguno de los presentes apreció nada raro ni previno lo que ocurriría en breves-instantes.

Copyright The New York Times

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