Perú celebra elecciones en pleno terror senderista

En medio de una ofensiva terrorista, desencadenada por la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso, más de 11 millones de peruanos están convocados hoy, viernes, a las primeras elecciones municipales desde la llegada al poder del presidente Alberto Fujimori, el 28 de julio de 1990. Desde el inicio de la campaña electoral, a finales del año pasado, Sendero ha asesinado ya a 15 candidatos a alcaldes y concejales. En la mañana de ayer, presuntos senderistas asesinaron en el barrio Villa El Salvador, de Lima, en su casa a un candidato y su esposa, que dejan 11 huérfanos.

Al mediodía de ayer, e...

En medio de una ofensiva terrorista, desencadenada por la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso, más de 11 millones de peruanos están convocados hoy, viernes, a las primeras elecciones municipales desde la llegada al poder del presidente Alberto Fujimori, el 28 de julio de 1990. Desde el inicio de la campaña electoral, a finales del año pasado, Sendero ha asesinado ya a 15 candidatos a alcaldes y concejales. En la mañana de ayer, presuntos senderistas asesinaron en el barrio Villa El Salvador, de Lima, en su casa a un candidato y su esposa, que dejan 11 huérfanos.

Al mediodía de ayer, en el momento de transmitir esta crónica, se sintieron bombazos de fuerte intensidad en varios puntos de Lima.El Diario, periódico de Sendero que circula de forma clandestina, escribe en su editorial: "¡No votar! ¡Conquistar el poder! Ha sido y es la bandera de los combatientes maoístas y de todo el pueblo, dirigido por el PCP [Partido Comunista del Perú], bajo la magistral dirección del presidente Gonzalo [Abimael Guzmán, condenado a cadena perpetua]. Consigna que expresa el boicoteo a las patrañas de los reaccionarios y los golpea contundentemente en sus propias entrañas de hienas genocidas". Añade el editorial: "Votar en las elecciones es avalar este sistema de hambre, miseria, explotación y genocidio que se sostiene sólo por la fuerza de los fusiles".

Sendero ha decretado un paro armado de dos días, para impedir las elecciones. La respuesta de Fujimori, para enmascarar un posible éxito del paro armado, ha. sido decretar dos días festivos con motivo de las municipales de hoy. Así resultará imposible estimar si ha tenido éxito el llamamiento senderista. Los cierres de comercios y servicios podrán atribuirse al día festivo y no al temor al terrorismo senderista.

Fujimori ha tratado de evitar por todos los medios que le salpique un fracaso electoral.. Su agrupación política Nueva Mayoría-Cambio 90 apenas presenta candidatos en Perú.. En el último minuto y ante lo que se presentaba como una derrota segura, el candidato fujimorista a la alcaldía de Lima, Pablo Gutiérrez, se retiró. Esto ha provocado un caos a la hora de modificar las papeletas de votación, pero evita a Fujimori que empañase su popularidad el previsible fracaso de Gutiérrez.

Nulo eco popular

El centro de atención de una campaña electoral fría y con casi nulo eco popular se centra en Lima, donde unos 40 candidatos compiten por la alcaldía. Todos los sondeos indican que, tras la retirada de Gutiérrez, el actual alcalde Ricardo Belmont, de 47 años, será reelegido. Fujimori ya se apresuró a subirse al carro del probable ganador y asegura que ahora apoya a Belmont. El actual alcalde es un popular presentador de televisión que ganó la elección en 1989 como independiente. El triunfo de Belmont entonces se consideró cómo un precedente de la irrupción de los independientes en la política peruana y del hastío de la población con los políticos y partidos tradicionales. Esta tendencia se concretó después en el triunfo de Fujimori.El único que puede hacer sombra a Belmont es Luis Cáceres, de 62 años, actual alcalde de Arequipa, donde se ha distinguido por sus duras medidas para implantar la ley y el orden. A Fujimori le interesa que no triunfe Cáceres. Desde la alcaldía de Lima este personaje, populista independiente, podría hacer sombra a Fujimori y encontrar una base de lanzamiento para una candidatura presidencial. Los planes de Fujimori son reelegirse él mismo, cuando el Congreso Constituyente lleve adelante la necesaria reforma de la Constitución.