Tribuna:

Pronóstico reservado

Cualquier antecedente que se quiera tener en cuenta como argumento para un análisis, resulta al menos dudoso si no decididamente inútil.Éste es un partido especial, de rivalidad muy particular y excluyente.

Nada importa que el Atlético de Madrid padezca actualmente una acusada debilidad anímica, o que el Real Madrid no haya alcanzado aún la solidez de funcionamiento que desea su cuerpo técnico.

Los protagonistas sienten (no sólo saben) que no se admiten excusas y empiezan por no admitírselas a sí mismos. Por eso es un partido especial. Porque la motivación es la máxima y la predi...

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Cualquier antecedente que se quiera tener en cuenta como argumento para un análisis, resulta al menos dudoso si no decididamente inútil.Éste es un partido especial, de rivalidad muy particular y excluyente.

Nada importa que el Atlético de Madrid padezca actualmente una acusada debilidad anímica, o que el Real Madrid no haya alcanzado aún la solidez de funcionamiento que desea su cuerpo técnico.

Los protagonistas sienten (no sólo saben) que no se admiten excusas y empiezan por no admitírselas a sí mismos. Por eso es un partido especial. Porque la motivación es la máxima y la predisposición también.

Poco trabajo entonces para los psicólogos. Hay que hablar de fútbol.

El Atlético de Madrid sin Schuster y con Futre a medias es otro equipo. Cualquiera lo sería, porque son los jugadores y no la táctica que los ordena, los que determinan el éxito o el fracaso de un sistema.

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Schuster es la pausapensante y sabia y a su alrededor cada uno encuentra su función y su importancia. Como todos los grandes, Schuster vale por lo que juega y por lo que contagia. Es el organizador más talentoso y completo de nuestro fútbol y su sola presencia garantiza seguridad y genera confianza.

Futre entero es el vértigo que de pronto le cambia el ritmo al partido y desequilibra al más pintado. La amenaza de gol más preocupante para el adversario.

Si el Atlético de Madrid los recupera totalmente, habrá recuperado la fe, que además de mover montañas gana partidos.

El Real Madrid, como todos los equipos que estrenan sistema, está en periodo de ajustes y arreglos. Alterna momentos ilusionantes de aceitada armonía colectiva, con otros donde la voluntad por respetar las indicaciones parece arrugar el instinto creativo y la cosa resulta tensa y hasta impotente.

Los dos marcan en zona (tradicional con dos marcadores centrales y dos laterales el Real Madrid; según la ley actual de los carrileros y los tres centrales el Atlético de Madrid) disponen a su gusto de los espacios y reparten a su aire el esfuerzo. Es decir, llevan el sello de los equipos que se preocupan más por jugar que por impedir que el rival lo haga, aunque ya sabemos que no es correcto hablar de equipos ofensivos, porque se trata de atacar y defender. Sólo los exclusivamente defensivos se olvidan la mitad de la misa.

Será un partido intenso, seguramente, y espero, además, que tantos buenos jugadores juntos (Butragueño, Schuster, Michel, Futre, Manolo, Martín Vázquez) nos briden el espectáculo del buen juego.

El pronóstico es reservado, ya que para el Atlético de Madrid es la mejor ocasión de recuperar la ambición del título, y para el Real Madrid determinar con las dudas metódicas y asumir sin traumas su condición natural.

Hay tantas cosas en juego en realidad, que como suele ocurrir en estos casos los dos puntos apenas son una excusa.

es segundo entrenador del Tenerife.

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