Cartas al director

Aclaración

Con relación a la información aparecida en el periódico EL PAÍS, edición de Andalucía, del martes 22 de diciembre de 1992, en la página 2 de la misma, con el titular Un forense de Granada lleva a juicio por injurias a tres médicos que descalificaron su autopsia (que se acompaña de otro artículo menor, en la misma página, titulado Un proceso complejo), es procedente clarificar los siguientes extremos:Lo primero que destaca en el artículo es la forma en que se mezclan los sucesos relativos a la muerte de la joven, como consecuencia de la perforación por cuerpo,extraño de esófago y ...

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Con relación a la información aparecida en el periódico EL PAÍS, edición de Andalucía, del martes 22 de diciembre de 1992, en la página 2 de la misma, con el titular Un forense de Granada lleva a juicio por injurias a tres médicos que descalificaron su autopsia (que se acompaña de otro artículo menor, en la misma página, titulado Un proceso complejo), es procedente clarificar los siguientes extremos:Lo primero que destaca en el artículo es la forma en que se mezclan los sucesos relativos a la muerte de la joven, como consecuencia de la perforación por cuerpo,extraño de esófago y aorta, con el juicio por un delito de injurias y desacato que, al parecer, es el que realmente motiva el artículo, y que al final hubo de suspenderse. La confusión resultante, que no hace sino desprestigiar a unos profesionales de intachable trayectoria, a los que no se les ha preguntado en ningún momento acerca de su parecer sobre los hechos, mezcla numerosas inexactitudes y da carácter de certidumbre a opiniones que, cuando menos, han sido contra dichas por expertos en el tema. La joven es vista por primera vez por los médicos Félix Moles y luego Julio Pleguezuelo, que en realidad acudió a instancia del primero para intentar terminar la causa de la abundante hemorragia que se detectaba ya antes de la endoscopia, puesto que ya estaba determinado el lugar de la misma, lo que motivó las diferentes autopsias que se practican a continuación.Cuando se afirma que estos médicos mantuvieron que la causa de la perforación de esófago y aorta fue "una espina de pescado atragantada en la garganta", se habla de manera inexacta y confusa, porque en realidad se trataba de una espina de 3 por 0,5 centímetros de diámetro, de bordes duros y punzantes, que, tras una semana de estar en el esófago, lo perforó y lo puso en contacto con la aorta, y acerca de la cual ni la paciente ni la familia tenían conciencia exacta. Esta espina fue extraída en la primera autopsia, horas después de la muerte, y no al día siguiente como se dice en el artículo. Dicha autopsia fue solicitada a la madre de la fallecida por los mismos médicos, que practicaron la endoscopia, y asistieron a ella por interés científico, ante todo.

No ha habido juicio por la muerte de la joven, como se afirma al principio de la segunda columna del artículo, porque se archivaron las actuaciones al no determinarse responsabilidades de ningún tipo. Además, las pruebas posteriores, practicadas por otros profesionales, sea la cátedra de Medicina Legal, la practicada por Anatomía Patológica o los dictámenes de la Real Academia de Medicina y la Asociación Española de Endoscopia Digestiva, o el especialista en aparato digestivo doctor Luis de Revilla, contradicen, no concuerdan, con los datos de García Blázquez.

Unicamente la actividad judicial posterior que queda por realizar será la que determine definitivamente los extremos a los que se ha dotado de tal controversia.-

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