Bérégovoy recupera al populista Tapie para el Gobierno francés

El primer ministro francés, el socialista Pierre Bérégovoy, hizo público el jueves el regreso al Gobierno de Bernard Tapie como ministro de las Ciudades. El empresario marsellés ya ocupó el cargo a partir del pasado abril, pero dimitió el 23 de mayo al aparecer implicado en el escándalo Toshiba. Un antiguo socio y hoy rival político le reclamó una cifra millonaria y le acusó de venta fraudulenta. Bérégovoy, que había hecho de la lucha contra la corrupción uno de los ejes de su gestión, declaró entonces que Tapie recuperaría su cartera en cuanto la justicia le declarase inocente. La sema...

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El primer ministro francés, el socialista Pierre Bérégovoy, hizo público el jueves el regreso al Gobierno de Bernard Tapie como ministro de las Ciudades. El empresario marsellés ya ocupó el cargo a partir del pasado abril, pero dimitió el 23 de mayo al aparecer implicado en el escándalo Toshiba. Un antiguo socio y hoy rival político le reclamó una cifra millonaria y le acusó de venta fraudulenta. Bérégovoy, que había hecho de la lucha contra la corrupción uno de los ejes de su gestión, declaró entonces que Tapie recuperaría su cartera en cuanto la justicia le declarase inocente. La semana pasada se produjo el fallo que le absolvía.Durante los meses en que estuvo fuera del Gobierno, Tapie protagonizó algunos sonados reveses económicos, como el tener que recuperar la firma de artículos deportivos Adidas, que creía haber vendido a los británicos de Pentland y, por consiguiente, verse obligado a asumir la crisis de la empresa. Pero Tapie declaró que quería enterrar su pasado como hombre de negocios para dedicarse a la política.

Sus detractores no han dejado nunca de subrayar el carácter especulativo de la fortuna de Tapie, al que llaman "el buitre" porque compraba empresas a punto de quebrar, las dividía, y, una vez saneadas, las revendía a un precio muy superior.

Tapie destacó en las últimas elecciones regionales por haberse atrevido a plantar cara a la extrema derecha de Jean-Marie Le Pen en lo que ésta considera su feudo electoral, es decir, Marsella y la Costa Azul. El populismo de Tapie, su imagen de hombre del pueblo, de político que habla claro, que ha sabido hacerse rico y se lo ha ganado a pulso, que no tiene nada que ver con la mayoría de políticos, casi todos ellos hijos de familias que llevan años enquistadas en el poder, le permitió ganar muchos votos.

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