Fracasan las últimas propuestas para que el Mercado Único comience con total libertad de circulación

A escasos días del 1 de enero, momento simbólico de apertura del Mercado Único, Europeo, los últimos consejos de ministros de los Doce se han atascado en un resto de directivas que debían facilitar la libre circulación de mercancías, personas, servicios y capitales. Tal es el caso de la normativa sobre cabotaje terrestre, que implicaba una liberalización del transporte por carretera, y de las cuotas de importación de productos originarios de países terceros, que no han sido eliminadas como exigiría la lógica del Mercado Unico.

Los Consejos de Ministros de Transportes y de Comercio Exter...

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A escasos días del 1 de enero, momento simbólico de apertura del Mercado Único, Europeo, los últimos consejos de ministros de los Doce se han atascado en un resto de directivas que debían facilitar la libre circulación de mercancías, personas, servicios y capitales. Tal es el caso de la normativa sobre cabotaje terrestre, que implicaba una liberalización del transporte por carretera, y de las cuotas de importación de productos originarios de países terceros, que no han sido eliminadas como exigiría la lógica del Mercado Unico.

Los Consejos de Ministros de Transportes y de Comercio Exterior, celebrados el 21 de diciembre, han sumado algunos fracasos más al ya proclamado de la libre circulación de personas, que no entrará en funcionamiento en ningún país de la CE, como mínimo, hasta después del verano, y sin fecha fija en países: Irlanda, Dinamarca y Reino Unido. Los ministros de Transportes no consiguieron ponerse de acuerdo en el reconocimiento de la vifieta o abono de circulación. por las autopistas alemanas, que el Gobierno de Bonn desea poner en marcha tan pronto como sea posible. En consecuencia, Alemania vetó la aprobación de la norma de liberalización del derecho a transportar mercancías por carretera por parte de los transportistas de la CE en cualquier país comunitario.Alemania argumenta que el mantenimiento de autopistas gratuitas en su territorio -incluidas las muy deterioradas del Este- alcanza costes insoportables y no tiene correspondencia en los peajes que deben pagar sus transportistas en países como Francia, Italia o España, a la vez que produce una grave distorsión en las condiciones de competencia. Los países vecinos de Alemania no desean pagar peaje y prefieren quedarse así sin normativa sobre transporte por carretera. El resultado es que se llega al 1 de enero con el sector sin reglamento comunitario, pues el actual caduca el 31 de diciembre.

En cuanto a las cuotas de importaciones provenientes de países terceros, la Comisión propuso su eliminación o su adaptación a un sistema global de cuotas comunitarias y la implantación de un nuevo sistema de armas comerciales destinado a proteger el nuevo espacio del Mercado único. Actualmente, la lista de mercancías sometidas a cuotas es de 4.500.

La propuesta de la Comisión vincula la eliminación de las cuotas, que podrían apoyar todos los socios, a la aprobación de los nuevos instrumentos de defensa comercial, que rechazan el grupo de países más liberales: Reino Unido, Dinamarca, Holanda, Alemania y Luxemburgo, "decididos a sacrificar el Mercado único antes que aceptar un compromiso sobre defensa comercial", según explicó un miembro de la delegación española.

Están incluidos en este sistema de cuotas los automóviles, las motocieletas, el calzado, la cerámica, la electrónica de consumo y algunos productos agropecuarios, principalmente originarios de Asia.

España arbitrará inmediatamente medidas para evitar la vulneracion del sistema de cuotas a partir del 1 de enero, en el que desaparecerán los controles aduaneros en fronteras utilizados hasta ahora. El vacío creado por la ausencia de decisiones de la CE dará lugar a problemas de gestión, pero la Administración quiere garantizar el control en las aduanas interiores y evitar que a partir de ahora se produzca un contrabando de guante blanco facilitado por la ausencia de, control en frontera.

En último término, los Estados pueden recurrir a las circunstancias especiales contempladas por el Tratado de Roma para restringir la importación, como puede hacerlo para la libre circulación de capitales. Los importadores, en cualquier caso, quedarán obligados a declarar las mercancías sometidas a cuotas, so pena de incurrir en un delito de contrabando.

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