Unos agentes simulan una borrachera para registrar un bar

Los policías no querían "dar la patada a la puerta", al estilo de la Ley Corcuera. Prefieron improvisar una juerga flamenca -con cantos y palmas incluidas- y aparentar que estaban borrachos. El objetivo: llamar la atención de los presuntos narcos que había en un bar de alterne para que abrieran la puerta del local que pretendían registrar.

La juerga flamenca la montaron en la madrugada del 19 de noviembre pasado, en presencia del juez de guardia. Sabían, por las denuncias de los vecinos, que en el antiguo bar de alterne Acapulco (hoy prácticamente semiderruido y...

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Los policías no querían "dar la patada a la puerta", al estilo de la Ley Corcuera. Prefieron improvisar una juerga flamenca -con cantos y palmas incluidas- y aparentar que estaban borrachos. El objetivo: llamar la atención de los presuntos narcos que había en un bar de alterne para que abrieran la puerta del local que pretendían registrar.

La juerga flamenca la montaron en la madrugada del 19 de noviembre pasado, en presencia del juez de guardia. Sabían, por las denuncias de los vecinos, que en el antiguo bar de alterne Acapulco (hoy prácticamente semiderruido y cerrado al público) se traficaba con drogas. Era un continuo peregrinar de enganchados a la coca, según fuentes policiales.

Esa noche, pidieron al juez de guardia (ese día ocupaba tal puesto el magistrado David Cubero, titular del Juzgado de Instrucción número 27 de Madrid) autorización para entrar en el local, ubicado en un callejón sin salida a espaldas de la calle de Príncipe de Vergara. El magistrado autorizó el registro, pero decidió supervisarlo, junto con el secretario de su juzgado, personalmente.

Tras cerciorarse los agentes de que las denuncias vecinales eran acertadas y que se pasaba coca en el local (varios compradores así lo reconocieron esa misma madrugada al ser abordados por los policías, nada más salir del inmueble) esperaron a que alguno de los inquilinos saliera del bar. El primero que salió, antes de que empezara el simulacro, fue Félix Rodríguez Ruiz, dueño del inmueble y principal sospechoso de traficar con droga.

La policía dejó que se alejara de la puerta del local, le seguió y lo detuvo varias calles más abajo. Los agentes sabían que en el interior, en concreto en el sótano que hay dentro del local, había varias personas más. No las querían alertar. "Si se percataban de que estábamos allí, corríamos el riesgo de que se deshicieran de la droga en cuestión de minutos. Arrojándola al inodoro, por ejemplo", subrayan fuentes policiales.

Juerga flamenca

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Detenido Rodríguez Ruiz, el principal sospechoso y dueño del bar, sólo restaba entrar en el local, pero aprovechando la salida de alguna otra persona. Pero la puerta no se abría y la noche avanzaba.Los agentes se impacientaron e idearon lo de la borrachera: empezaron a cantar y dar palmas frente a la puerta, simulando estar totalmente ebrios. La estrategia tuvo éxito casi de inmediato. Uno de los moradores del local salió a ver qué ocurría, momento que aprovecharon los agentes para dejar de inmediato sus cánticos, echarse sobre la puerta e impedir que la cerraran desde dentro.

El registro, sin violencia, estaba servido. Los policías, acompañados por el juez de guardia y el secretario de su juzgado, entraron en local y encontraron unos 60 gramos de cocaína. En el bar también había una mujer, que fue encarcelada tras prestar declaración, aunque días después fue puesta en libertad. Esta operación, según el magistrado David Cubero, la ejecutó, "con todas las garantías procesales", el Grupo 14 de la Brigada Provincial de Policía Judicial.

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