Barcelona vive la mayor manifestación celebrada en España contra el racismo

"Fascismo, nunca más". Éste fue el lema que movilizó a miles de personas en Barcelona: 30.000 según la Guardia Urbana, 100.000 en opinión de los organizadores, la organización SOS Racismo. Fue, en cualquier caso, una de las mayores manifestaciones vividas en la capital catalana desde hace años y la mayor de cuantas se han realizado en España en las últimas dos semanas para condenar las agresiones a inmigrantes desde el asesinato de la dominicana Lucrecia Pérez en el barrio residencial de Aravaca (Madrid).

La totalidad de los partidos políticos catalanes parlamentarios y extra-parlamenta...

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"Fascismo, nunca más". Éste fue el lema que movilizó a miles de personas en Barcelona: 30.000 según la Guardia Urbana, 100.000 en opinión de los organizadores, la organización SOS Racismo. Fue, en cualquier caso, una de las mayores manifestaciones vividas en la capital catalana desde hace años y la mayor de cuantas se han realizado en España en las últimas dos semanas para condenar las agresiones a inmigrantes desde el asesinato de la dominicana Lucrecia Pérez en el barrio residencial de Aravaca (Madrid).

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La totalidad de los partidos políticos catalanes parlamentarios y extra-parlamentarios, los sindicatos y una cincuentena de colectivos de inmigrantes y de organizaciones no gubernamentales desfilaron ayer juntos por el centro de Barcelona con el mismo objetivo: expresar el rechazo unánime contra el racismo y la xenofobia.Fue la movilización más multitudinaria de cuantas se han celebrado, hasta el momento contra el racismo tanto en Barcelona como en el resto de España, según SOS Racismo, la organización convocante.

La marcha multirracial trascurrió pacíficamente desde el Paseo de Grácia barcelonés hasta la plaza de Sant Jaume. Sólo se produjo un incidente cuando agentes de policía de paisano intentaron identificar a dos jóvenes, que pretendían realizar una pintada en el suelo contra el fascimo.

Aravaca en la memoria

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Los inmigrantes que participaron en la movilización no disimulaban su satisfacción por la respuesta masiva de los barceloneses. La muerte de Lucrecia Pérez Martos estuvo muy presente ayer, sobre todo entre las comunidades de inmigrantes, para los que el asesinato de Aravaca disparó todas las alarmas. "Tenernos un poco de miedo de que nos agredan en cualquier momento por la calle por el color de nuestra piel", admitía Estela López, una inmigrante hondureña.

El presidente del Parlamento de Cataluña, Joaquim Xicoy, los líderes de los partidos políticos como Miquel Roca.y Josep Maria Cullell, de Convergéncia Democrática; Rafael Ribóllde Iniciativa per Catalunya; Angel Colom, de Esquerra Republicana, y los secretarios, generales en Cataluña de los sindicatos Comisiones Obreras y UGT. José Luis López Bulla y Pepe Álvarez, respectivamente, desfilaron junto a representantes del mundo del espectáculo como Joan Manuel Serrat y Marina Rossell.Las ausencias más notorias fueron la del presidente de la Generalitat Jordi Pujol -de viaje en Argentina- y la del alcalde de Barcelona Pasqual Maragall, que desde Gerona declaró que Europa no puede excluir a nadie y que sus perspectivas de futuro pasan por el respeto y la tolerancia a los demás.

La pancarta que abría la manifestación, Contra la intolerancia, el racismo y la xenofobia, era portada por representantes de los partidos políticos, organizaciones convocantes e inmigrantes.Un mal sueño

La mayoría de los manifestantes eran adultos, pasada la treintena. Muchos aprovecharon la ocasión para recordar aquellas otras movilizaciones de los años 70 mientras saludaban a amigos y conocidos de otro tiempo.

La movilización finalizó en la plaza de Sant Jaume, donde el actor Ovidi Montllor dio lectura a un manifesto unitario en el que se alerta sobre el peligro que supone el aprovechamiento del racismo y la xenofobia por elementos fascistas, hasta el punto de que su resurgimiento sea el más importante desde el III Reich.

"No es con las leyes restrictivas existentes respecto a los inmigrantes o asilados", señala el manifiesto, "con políticas que favorecen la marginación o actuando con pasividad frente a las acciones neonazis, como se combate el racismo que atraviesa Europa como un mal sueño".

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